Un libro, un dilema

Acabo de leer El secreto de mi marido. Ya, ya, no es ningún tratado de relaciones internacionales ni un ensayo literario. Es una novela que se lee rapidísimo, porque te pone en un dilema. 




Imagínate que tienes una familia -hasta aquí normal- modélica -normal, también-. Es decir, como la de la protagonista, que tiene tres niñas como angelitos y un marido cañón -normal también. ¿Quién no tienes tres hijas como princesitas y un marido bombón?-. Él se va de viaje de trabajo, y una tarde te pones a buscar un recuerdo de soltera, y ¡zas! la normalidad se acaba: encuentras una carta.

Una carta que te ha escrito tu marido cañón. Pero en el sobre dice que la leas sólo cuando se haya muerto. Además, amarillea, es decir que lleva tiempo escrita.

Ahora, dime: ¿qué harías tú? Pero sé sincera: ¿la leerías, la olvidarías, le llamarías y le preguntarías a qué viene tanto misterio? ¿O le pondrías un whatsapp diciendo que has encontrado una carta escrita por él y que te tomas la libertad de leerla? ¿Qué se hace en estos casos? 

Desde luego, después de leer el libro llegas a una conclusión muy clara: "No volver a organizar papeles ni cajas en la vida". 

Pero voy más lejos: y si oyes el "tin tin" de mensaje recibido y estás al lado de su móvil, ¿qué haces, entonces, lo miras? Porque no es broma: se han descubierto miles de infidelidades con el "tin tin" del whatsapp... ¡¡¡Miles!!!