¿Mas fuertes?

Dicen que salimos más fuertes de la pandemia y del estado de alarma. Nos quieren convencer de eso, pero ¿a quién va dirigido? ¿En qué sentido más fuertes? Ya. Fuertes y fastidiados. 

Seguro que no irá destinado a todas aquellas personas que han perdido a su madre o a su padre sin despedirse y, de repente, un día recibieron unas cenizas y tuvieron que creer que son de su ser querido. 

Ni tampoco se lo dirán a las miles de personas que se han quedado en la calle, sin su puesto de trabajo. Ni a los que un día fueron emprendedores, y ya han tenido que cerrar su negocio. 

Ni a los chavales que han perdido un trimestre y medio de clase y muchos de ellos no contaban en su hogar con medios tecnológicos para engancharse a la escuela on line. Ni a los de segundo de Bachillerato, que se juegan su futuro y apenas han podido preparar bien la Evau. 

Ni a las familias que han convivido encerradas en menos de 100 metros cuadrados con bebés, teletrabajo, estrés, tareas domésticas, niños llorando, deberes, telecolegio... 

Ni a las madres, o padres, al frente de familias monoparentales que salían a trabajar cada mañana dejando sus hijos adolescentes en la cama, sin ganas de estudiar, peleándose, discutiendo, hechos unas fieras... y con un nudo en el estómago sin poder pedir ayuda a los abuelos. 

Ni a los niños que han visto alterado su sueño, apetito, ganas de jugar, de moverse, de andar... 

Ni a aquellos que pasaron semanas interminables luchando contra el maldito virus. 

Ni mucho menos a los sanitarios que abandonaban cada mañana su hogar para salvar vidas poniendo la suya y las de sus familias en peligro 

Ni a los ancianos que han vivido solos durante esta larga etapa. 

Ni a las víctimas de malos tratos, ni a tantas personas que han sufrido tanto. 

Porque si salimos de alguna manera de esto, salimos a duras penas, y bien fastidiados. ¿Más fuertes? Sí, más fuertes a base de palos y de golpes.