Detalles que dan risa

En este número de ¡HOLA! no veo nada digno de destacar, pero sí muchos detallitos, que son los que te hacen pasar un buen rato hojeando la revista. 

'Rosy y John': bueno y breve

Me gusta Lemaitre. Porque logra que el lector, a lo largo de sus páginas, cambie de opinión acerca de los personajes: el malo no es el malo, y el que parecía bueno es el gran culpable. Porque te lleva a pensar si en ocasiones los malos no son tan malos, si es culpa del contexto, cómo y con quién se han educado, de la historia vital de cada uno de sus asesinos 

Menuda acompañante para el duque de Alba

Esta semana ¡HOLA! viene cargadita de faralaes, flores, volantes y lunares. La feria de Sevilla, ¡¡eso es!! Pero me he quedado destrozadita cuando he visto al heredero de la duquesa de Alba (una de las sevillanas más castizas): ¡¡¡Menuda acompañante más sosa!!! Ya le vale.

Mario Conde no tiene derecho ni a pisar nuestra cárcel

El que nace chorizo y fullero, en muchos casos, se mantiene así. Ni gomina, ni trajes carísimos, ni las mejores universidades, ni siquiera ser de los primeros de su promoción. Nada ha hecho mella en Mario Conde, uno de los fulleros más grandes de España (y mira que hay tramposos en nuestra tierra). 

Dos imágenes valen más que dos mil palabras

Hay dos fotos en ¡HOLA! esta semana que me han dejado loca. Impactada; he tenido que pararme y respirar hondo. ¡¡¡Con la cantidad de noticiones gordos que hay para comentar, y voy y me fijo en Carlota y Harper!!!

¿El punto limpio? Noooo, la venta de segunda mano

¿Has descubierto el mundo de la segunda mano?, ¿nooooo? Eso es porque no has tenido que vaciar trasteros, mudarte o hacer limpieza a fondo de armarios, o tienes sobrinitos a quienes pasar juguetes. Cuando irrumpas en este mundo ya no hay marcha atrás. 

Chabeli, ¡¡pero qué simpática!!

Ay, Chabeli, eres la monda. ¡¡Pero qué salada!! Lo he pasado genial contigo. ¡Qué buen rato me has hecho pasar a través de ¡HOLA!! Eres de lo que no hay. 

'Contra el viento del norte': la nueva novela epistolar

Lo empecé súper animada: me lo había recomendado Marina, una amiga con la que suelo coincidir en los gustos literarios. Así que lo cogí con mucho entusiasmo, superé un momento de debilidad, y al final leí hasta la segunda parte, Cada siete olas.