Megan Markle es un dechado de virtudes; le da a todo, y todo bien. Lo que me flipa es que con la facilidad que tiene para triunfar en lo que desee haya abandonado a los Windsor.
Ha demostrado ser una gran actriz, y no sólo en las series, también en la entrevista que concedió a Oprah Winfrey junto a su marido, donde fuimos testigos de que es capaz de cambiar de registro y de estado de ánimo en cuestión de minutillos.
Luce los trajes de maravilla, es guapísima, y sabe convertirse en el centro de atención donde, cuando y como quiera.
Además, es una abanderada en la lucha feminista, toda una madraza y estupenda esposa, y lo que acaba de descubrir es que ¡¡¡también es escritora!!!
El 8 de junio sale a la venta su primer libro, The bench, y ¿a que no sabes cómo lo firma? Meghan, la duquesa de Sussex. Como lo lees.
O sea que se separan de los Windsor, ponen tierra, o agua, de por medio, y cuentan a todo el mundo lo mal que se sentían en el Reino Unido. Pero eso sí, mantienen el ducado de Sussex, y lo van a explotar. De algo tendrán que vivir.
Al parecer, el cuento ya ha tenido críticas en la red: hay quien de dice que si copia el título de The boy on the bench, de Corinne Averiss, cualquiera se aventura a leerlo. Lo acusan de plagio.
Ella misma ha contado que el libro va sobre el vínculo entre su hijito y su marido, narrado a través de los ojos de una madre; que todo empezó como una poesía que quiso dedicar a su querido Harry por el día del padre, pero que cuando quiso darse cuenta ya había escrito su primer cuento infantil. Vale su peso en oro esta chica.
Y como no da puntada sin hilo, todo lo anuncia en las redes sociales. Además de contar que muy pronto llegará al mundo su hija y que el matrimonio está feliz, aprovechó el cumpleaños de Archie para publicar unas fotos de su chiquitín el día que cumplía dos años para contar que va a sacar a la venta su primer cuento.
Esto no ha hecho más que empezar... a ver qué más cosas firma la duquesa.
Para el anuncio del libro eligió un vestido camisero rojo estampado con amapolas de Carolina Herrera, el mismo tejido y la misma firma que eligió Alejandra Salinas en su boda con el expolítico José María Michavila. Es que no se puede ser conocida.
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