Pues me cayó bien. A pesar de que dijo "inflacción", se le quedaba la boca seca y pasó muchísimo calor, estuvo correcto, nada soberbio, cercano y simpático en su justa medida.
Declaró sin ningún complejo que a sus 61 años tiene un hijo de seis (lo de los padres y madres añosos se está convirtiendo en algo común en nuestro país), aunque aseguró: "no los aparento".
Confesó que Rajoy le cae genial, es muy simpático y tiene gran sentido del humor.
Echó en cara a Pablo Motos, con cierta ironía simpática, que no le hubiera invitado antes a su programa, algo que, pese a todo, le provocaba cierta ansiedad: es como hablar ante 50 estadios de fútbol abarrotados. Y encima le estaba viendo su hijo, al que le encantan las hormigas.
Aseguró que él no es Pedro Sánchez.
Y que es muy, pero que muy amigo de Julio Iglesias, con quien habla a menudo por teléfono. Ambos son gallegos que añoran su tierra. El cantante lo llamó hace tres días, que sigue con mucho interés la actualidad española, lo que más le preocupa es el problema de las independencias dentro del territorio español y la terrible sequía que sufrimos.
Me pareció ameno y tranquilo. Contó que viene de la España rural, de un pueblo con unos 300 habitantes, que se educó en un colegio de curas con disciplina férrea, donde los alumnos limpiaban, fregaban y ponían el colegio a punto. Hizo un repaso de su trayectoria, de su partido, de sus anhelos y deseos, pero poco contó sobre Eva.
Sí habló de Vox, del PSOE, de los pactos, del aborto, de la eutanasia (y contó la experiencia con su padre), del orgullo gay, de lo qué hará si llega al gobierno... En fin, fue una entrevista en la que pudo hacer campaña y explicarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario