Elegante, educado, refinado, distinguido y, por supuesto, muy atractivo, además de preparado, culto... y encantador.
Así es el rey Felipe VI. Y en cada una de sus apariciones públicas lo demuestra. Todos se deshacen en lenguas sobre lo estupenda que está la Reina, lo guapa que es la princesa de Asturias, y la benjamina de la familia, pero lo cierto es que el Rey cada día lo hace y está mejor.
Así lo demostró en la entrega de los Premios Princesa de Asturias, cuyo discurso fue impecable y lo pronunció perfectamente; haciendo pausas e hincapiés allí donde debía hacerlos, sonriendo a los premiados y dedicando unas palabras a sus hijas, de las que parece estar orgulloso.
Lucía una camisa blanca impoluta, un traje y corbata perfectos, así como la barba y el pelo estupendamente arreglados.
Incluso llevaba con elegancia una muñequera negra en la mano izquierda. Algunos aseguran que Felipe VI padecía una lesión en el escafoides tras el partido de pádel que disputó el 8 de octubre.
No puede estar mejor. Y lo cierto es que con los años mejora.
Larga vida al rey Felipe VI.
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