Dicen que tanto a él como a doña Sofía lo de los audios ni les ha pillado por sorpresa ni les ha importado: continúan con su rutina sin prestar atención a algo que ocurrió hace tantos años que ya lo tienen superado.
Pues no sé si creerlo, porque para el resto de los españoles ha supuesto una bomba. Una cosa es saber que Juan Carlos I ha sido un mujeriego (por decirlo de alguna manera) y otra muy diferente verlo y lo peor oírlo. Oír lo que el muy ingenuo le contaba a su amante, mientras ella le tiraba de la lengua y no se cortaba nada en hablar mal de quien quisiera, de doña Sofía, por ejemplo.
No sólo se te ponen los pelos de punta al imaginar todo lo que se pagó con fondos del Estado, deducir el tipo de vida que llevaba el rey y quien lo sabía, lo tapaba, lo permitía o a quien se amenazaba para que guardara silencio... Es que además sientes infinita vergüenza escuchar que el jefe del Estado hablaba sin tapujos, decía todo lo que le venía en gana de todos los temas ¡sin saber que lo estaban grabando todo!
Es tremendo, muy vergonzoso y peligroso. Desde luego, si alguien está haciendo el trabajo a los republicanos es don Juan Carlos.
Parece que se ha abierto la veda: ahora todo el mundo se deshace en lenguas sobre la relación de los eméritos, las muchísimas mujeres que han pasado por la vida de él, todo lo que se ha costeado con el erario español... Están saliendo aventuras del rey de debajo de las piedras; aventuras que mejor estarían en el recuerdo de quienes las saben: no aporta nada saber más sobre este tema.
Lo último que se cuenta es que el emérito se presentó en helicóptero en La Cantora para hablar con Paquirri sobre Bárbara Rey, con quien parece que el torero también tuvo sus más y sus menos. Dicen que ambos acabaron tomando cervezas, pero Paquirri no volvió a ver a la vedette.
Se rumorea, además, que todo esto se debe a un trato entre madre, Bárbara Rey, e hijo, Ángel Cristo jr., que él no ha robado nada. Se lo han guisado y se lo han comido los dos juntos, porque madre e hijo están caninos. Yo no sé si será verdad, lo único que sé es que estos audios están perjudicando a la monarquía y que muchos que antes defendían al emérito han cambiado de opinión.
¡Dios guarde a Felipe VI!
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