El espectáculo que están protagonizando los políticos estos días es una vergüenza. Se pasan el día dando lecciones de moral y de ética y son ellos los peores, los más falsos.
Errejón hablaba de feminismo, de ir en contra de los abusadores y violadores y a favor de la mujer, y ahora las dos formaciones políticas de los que formó parte echan balones fuera y se quitan la culpa para lanzársela al otro. Qué canallas, y además, tenían noticia de los abusos de Errejón e hicieron la vista gorda. Estos son los que hablan de feminismo, igualdad y llevaban el lema ese de Borracha y sola quiero llegar a casa o Hermana, yo sí te creo. Qué hipocresía.
Ábalos hablaba de decencia y tolerancia cero contra la corrupción, y ahora se encuentra metido de lleno en una trama asquerosa que parece va a salpicar a todo el partido, desde el tal Koldo a Pedro Sánchez.
La esposa del presidente del gobierno dirigía un master y no es ni licenciada, el rey emérito se fue de la lengua con sus amantes y ahora nos bombardean con sus audios vergonzosos. Ahora quieren blanquear a los presos de ETA, a los que organizaron el referéndum catalán del 1-O... En los partidos de fútbol se insulta a los jugadores, se exalta el racismo.
Aquí seguimos en manos de los que dicen una cosa y hacen otra. Ellos sí que están metidos en el fango hasta arriba.
Menos mal que nos quedan Carlos Sainz, Carolina Marín y Topuria. Dan mucho más y mejor ejemplo que los que se hacen llamar políticos.
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