Aunque al principio me costó (tentada estuve de abandonar en un par de ocasiones), luego coge ritmo y, bueno, se deja leer; es una novela entretenida. Sin más.
Con una narradora en primera persona, personajes claramente perfilados, grandes dosis de acción, misterio y mucho drama para rematar con un final feliz.
Y todo esto adornado con descripciones de la tierra riojana, inseparable del mundo del vino.
Narra los comienzos de las bodegas en La Rioja; los duros años de sequía, las plagas, las lluvias, los inicios del tren, así como la tradición vitivinícola en Francia y Estados Unidos.
Con esta excusa, la autora te trae la tragedia de tres hermanas que sobreviven en una finca al borde la ruina, y que luchan por hacerse valer en un mundo tan machista como el del vino, en la comarca de Haro a finales del siglo XIX.
Esa lucha de mujeres se verá enriquecida con grandes misterios familiares, curiosidades e historias del pueblo, San Dionisio, creencias populares, amores de todo tipo, locuras, asesinatos, envidias, ambiciones, deseo de superación y la lucha por el éxito.
Y todo, en una sociedad cerrada, con prejuicios y muy jerarquizada.
Diría que es algo así como una novela feminista de realismo mágico. Que al final se deja leer.
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