miércoles, 11 de diciembre de 2019

‘Las hijas de la tierra‘

La Rioja, año 1889, tres mujeres que luchan por sobrevivir en el mundo del vino. De esto va el segundo libro de Alaitz Leceaga.  



Aunque al principio me costó (tentada estuve de abandonar en un par de ocasiones), luego coge ritmo y, bueno, se deja leer; es una novela entretenida. Sin más. 

Con una narradora en primera persona, personajes claramente perfilados, grandes dosis de acción, misterio y mucho drama para rematar con un final feliz. 

Y todo esto adornado con descripciones de la tierra riojana, inseparable del mundo del vino. 

Narra los comienzos de las bodegas en La Rioja; los duros años de sequía, las plagas, las lluvias, los inicios del tren, así como la tradición vitivinícola en Francia y Estados Unidos. 

Con esta excusa, la autora te trae la tragedia de tres hermanas que sobreviven en una finca al borde la ruina, y que luchan por hacerse valer en un mundo tan machista como el del vino, en la comarca de Haro a finales del siglo XIX. 

Esa lucha de mujeres se verá enriquecida con grandes misterios familiares, curiosidades e historias del pueblo, San Dionisio, creencias populares, amores de todo tipo, locuras, asesinatos, envidias, ambiciones, deseo de superación y la lucha por el éxito. 
Y todo, en una sociedad cerrada, con prejuicios y muy jerarquizada. 

Diría que es algo así como una novela feminista de realismo mágico. Que al final se deja leer. 

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