Las parejas que no pudieron casarse en los tiempos más duros de la pandemia lo están haciendo ahora. Sin ir más lejos, la revista ¡HOLA! da testimonio de seis bodas súper glamurosas, cuyos contrayentes son hijos de y los invitados, lo más.
Y en todas hay tres comunes denominadores de los que debes tomar buena nota, si te casas en breve o si vas a asistir a una boda:
Uno. Intenta invitar a Tamara Falcó, que se ha convertido en el perejil de todos los guisos. Ya no hay enlace, fiesta o evento en el que no aparezca la marquesa acompañada, además, por Íñigo Onieva. Cada semana la vemos en una boda o cualquier celebración abarrotada de socialités.
Dos. Si eres invitada, hermana, prima o lo que sea de los novios recuerda esta premisa fundamental: ¡no vayas a la pelu! y si vas, por favor, que te hagan una simple coleta o, por mucho que te peinen y por mucho que pagues, el resultado final debe parecer que simplemente te han puesto la espuma más cutre del mercado y te lo han dejado secar al aire. No se llevan nada, pero nada, los peinados muy trabajados; están de súper moda las ondas rotas y los peinadosdespeinados o reciénsalidadeladucha; lo más difícil todavía.
Hasta las novias pueden peinarse como más les guste: lo del moño sí o sí ya ha pasado a la historia; ahora se lleva la melena suelta, los semirrecogidos, coleta o trenza. De todo.
Tres. Ni se te ocurra por nada del mundo combinar tu color de vestido con la corbata de tu pareja. Y mucho menos llevar zapatos y bolso iguales. Lo peor: de ser lo más, ha pasado a ser lo menos. Se llevan los contrastes de colores en todo el outfit, combinar uñas, pendientes y vestido, y sobre todo el bolso y los zapatos de diferentes colores e incluso material. Recuerda: cuanto más contraste más mona irás.
Cuatro. Las alpargatas son obligatorias para la post ceremonia. Tanto la novia como el resto de invitadas pueden ponerse unas alpargatas con cuña e incluso anudadas y desprenderse de los salones o sandalias nude, último grito (de tendencia y de dolor). Ya se ve alguna invitada con alpargatas, eso sí, sofisticadas y de momento sólo en las ceremonias de día... Pero todo llegará.
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