No decimos que Elena de Borbón se convierta en una esclava de su físico, pero de ahí a la imagen que mostró en el funeral de Constantino de Grecia hay un gran abismo.
Lejos quedan aquellas apariciones en las que iba magnífica vestida de Caprile, porque ahora apenas se arregla. Y eso que su hija (a la que no le falta nunca ni un pereji) es la influencer del momento y se sabe todas las tendencias de moda, belleza, accesorios, marcas...
La infanta Elena debería pasar de vez en cuando por la peluquería, para que su imagen vaya en consonancia con el resto de los presentes y, sobre todo, para mostrar la mejor versión de sí misma.
En el funeral del que fuera el rey de Grecia se presentó con su melena sin peinar, pegada al rostro y muy poco favorecida. Por mucho que tenga el pelo rizado siempre se puede arreglar y llevarlo perfecto, incluso con ondas.
La ceremonia tuvo lugar en la catedral Metropolitana de Atenas, donde se dieron cita las familias reales de Europa, y todos iban elegantísimos, de negro, austeros y bien peinados, porque el negro favorece y estiliza.
Nuestros reyes estaban espléndidos, como siempre. La reina terminó por conquistar a todos al haber enterrado el hacha de guerra con Marie Chantall Miller y mostrarse encantadora con ella, charlando y riendo como si fueran íntimas. También se mostró en armonía con su suegra, a la que prestaba su brazo con gran cariño.
Los tres hijos del fallecido y la viuda Ana María de Grecia estaban magníficos, como todos los presentes y sobre todo ellas: Alexia de Grecia y sus cuñadas, Máxima de Holanda y su mantilla, Silvia de Suecia, Noor de Jordania, Ana de Inglaterra, Sassa de Osma, Matilde de Bélgica y hasta Mette-Marit iba perfecta.
¡Qué pena que nuestra infanta Elena no hubiera ido a la pelu!
No hay comentarios:
Publicar un comentario