martes, 10 de enero de 2023

Tamara y su madre... otra vez

Tal vez sea muy arriesgado hablar sobre las mujeres Preysler y más 24 antes de que ¡HOLA! salga a la venta, porque lo que hoy parece con ellas puede ser falso mañana. 



Parece que Tamara e Isabel, tanto monta monta tanto, han hecho un pacto con la revista y, cosas del destino, van turnándose para sufrir mal de amores y desgranarlo en las páginas de ¡HOLA! Lo cierto es que desahogarse ayuda mucho a asumir las rupturas. 

Si una semana parecía que Tamara había comenzado un noviazgo con un íntimo del que fuera su ex, la siguiente la Preysler abría su corazón para contar todo acerca de su ruptura con el premio Nobel, y la posterior semana la marquesa dejó a todos atónitos al confesar en la revista que había vuelto con el que fuera su prometido y también su ex.

Después de los océanos de tinta que han corrido comentando lo mal que se portó Íñigo con Tamara, ahora parece que no lo hizo tan mal, ya que ha logrado convencer a la marquesa para que perdone su infidelidad y posterior engaño. Ahora todos aseguran que acabarán en el altar.

Y mientras tanto, se cuenta que Mario Vargas Llosa estaba harto de aparecer en la prensa rosa, de ser la comidilla, de que Tamara hablara de él y de mami en cada aparición... Parece que un día, harto ya de tanta frivolidad, se fue a dormir a su casa en el centro de Madrid. Más tarde envió a Isabel el manuscrito de su última obra en son de paz. Pero cuál fue su sorpresa cuando la Preysler le respondió con una carta en la que cuentan que le decía que no volviera, que su casa no es un hotel. Ella le acusa de escenas de celos infundados y hasta hay quien dice también que él quiere volver con Patricia, su ex, y que Isabel está comenzando relaciones con un caballero sevillano. 

Muchos aseguran que Mario y la Preysler llevan separados desde septiembre y que lo de Tamara e Íñigo es un montaje para elevar sus cachés.  ¡Quién sabe!

Tanto contar, tanto llorar y tanto asomar a la revista, a los medios y a todos lados, ha provocado que pierdan ese misterio y glamour que parecía envolverlas. Van perdiendo interés porque han demostrado que son dos mujeres más, que sufren, rompen y vuelven con hombres que no las merecen, ¿o sí? 

Y lo que parecía imposible: están empezando a cansar. 

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