Decían que iba a lucir al menos tres modelos en su enlace con Íñigo Onieva, pues al parecer no tiene ni uno. La pobre Tamara, que tanto habla sobre todo lo relativo a su boda, se ha quedado sin modista.
Al menos la firma de vestidos nupciales, Sophie et Voilà, acaba de publicar un comunicado en el que asegura: “En la mayoría de casos partimos de una inspiración en otros diseños, que combinamos con el estilo de Sophie et Voilà y el savoir faire de las profesionales de primer nivel de esta compañía. (...) Sentimos un profundo respeto por la creación artística de otros compañeros y nuestra ética empresarial nos impide traspasar ciertos límites que pondrían en peligro la autoría original del diseño. Por eso, y por el respeto que nos merece la originalidad de los trabajos de otras marcas de alta costura, no podemos cumplir con determinadas exigencias de la Sra. Falcó, que desde el inicio de la relación hemos desaconsejado y negado a realizar por acercarse demasiado a diseños ajenos a nuestra firma”.
Vaya faena, y además en qué mal lugar queda la hija de Isabel Preysler, que según se entiende tras leer el comunicado, quería copiar un vestido de alta costura.
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