lunes, 2 de noviembre de 2015

El aroma del crimen, gastronomía negra

Es lo último en noir gastronómico. Su autor, Xabier Gutiérrez es escritor, psicólogo y cocinero, pero sobre todo cocinero, y de los buenos; trabaja en el archiconocido, archipremiado y architodo Arzak, en San Sebastián. 



El aroma del crimen es su primera novela (aunque libros, y de cocina, tiene bastantes). Él mismo dice que es noir, porque es negra, negrísima (se produce una serie de asesinatos que habrá que investigar), y gastronómica, porque tiene lugar en el mundillo de la cocina, de los restaurantes de copete y con cocineros de alto postín, estudiantes de cocina, proveedores de restaurantes, amantes del buen llantar y un policía al que no le queda más remedio que sucumbir a la buena cocina, con un hijo y una esposa de fino paladar. 


Se deja leer, porque es diferente, y entre otras cosas aprendes cómo freír bien los salmonetes. Cada vez que coges el libro acabas salivando: sus protagonistas disfrutan de cada bocado y Xabier, además, los describe hasta el último detalle, no sólo la presentación sino también cómo se han elaborado, cómo los maridan y cómo los saborean.


El episodio en el que dos de los protagonistas (el médico y el policía) salen a cenar con sus parejas a uno de los restaurantes de moda, es una oda a la nueva cocina, los sabores diferentes, las fusiones más inauditas y las mezclas más intrépidas.
Disfrutan de un menú degustación fuera de lo común, y Xabier ya lo avisa; "Lo de esa noche sería algo fuera de lo común. Teatro, diseño, volumen, sensaciones, sonidos y olor grastronomómico". 
Te describe el restaurante, la mesa con forma arriñonada, y los 18 platos; entre ellos, un pescado en escabeche con plátano macho, melón con chorizo en tortas de sésamo como recipiente, queso amarillo en formas rarísimas, bogavante con cannabis sin THC, lubina a las brasas con salsa de ceniza, merluza con una bola de arroz verde, lomo de cordero con un velo de café... Y de postre, chocolate ahumado con esencia de humo y mariposa de yogur sobre una rosa. Por algo es el jefe del laboratorio de investigación de cocina en Arzak.



El autor disfruta de cada plato que presenta, así como haciendo comer a sus protagonistas. Eso sí, cada vez que cierras el libro lo haces, sobre todo, con ganas de salir de a cenar. 

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