lunes, 27 de julio de 2020

‘El enigma de la habitación 622’

El último libro de Joël Dicker es, según él mismo, el más personal y especial. Se trata de una novela policíaca que se desarrolla en Ginebra, donde vive, y en la que homenajea a su editor, Bernard de Fallois.



El enigma de la habitación 622 tiene tres frentes abiertos. La relación del autor con su editor, la narración sobre cómo creó la novela y la investigación del misterio. 

Es ameno, está bien escrito, con personajes geniales, muy variado, ágil y sin lugar para el aburrimiento. 
Tal vez con excesivos flashbacks. Tanto ir y venir de un tiempo pasado a otro lía un poco y llega un momento en que no sabes si estás 15 años o siete días después o antes del asesinato. 
Pero con un poco de atención se lee. 

Te atrae por su glamour: las altas esferas de la sociedad ginebrina, sus historias de amor e infidelidades. Un banco elitista con grandes fortunas y luchas de poder. El hotel Palace, sus habitaciones de lujo y empleados. Protagonistas ricos, guapos, elegantes y jóvenes, mansiones maravillosas y jornadas de ensueño. 

Y también con altibajos:
la presentación engancha, promete y gusta; te esperas un buen libro. Te apetece continuar.

El nudo cansa un pelín: es todo demasiado bonito y empalagoso, mucho glamour, mucha élite, mucha buena vida... se alarga demasiado, parece que no ocurre nada. 

Sin embargo, el desenlace te trae al Joël Dicker más auténtico, al más puro estilo de Harry Quebert: te deja pasmada cómo soluciona el misterio, cómo lo que creías que era no es y lo que ni te imaginabas es.
Pone la novela patas arriba, juega con los personajes y hace con ellos lo que viene en gana. Lo resuelve de maravilla, te deja alucinada. 
Sí. Pero no sabes si lo soluciona así al final o lo tenía ideado desde el minuto cero. 
Porque mi profe de Creación Literaria siempre decía que a lo largo de un relato hay que dar pistas, pinceladas de lo que va a venir para crear tensión y, sobre todo, para ser coherente. 
Creo que en este libro no hay muchas pistas, sólo una: que el padre del protagonista es actor... O es que yo estaba tan enganchada al glamour que se me pasaron otros detalles, que todo puede ser. 


Cuando lo leas me cuentas. 

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