Te crees que es el típico best seller de novela negra. Y puede que lo sea, pero engancha porque tiene elementos nuevos.
¿Has oido hablar del proceso estocástico? Es una rama de las matemáticas que estudia la probabilidad y que tiene un sitio preferente en esta novela.
Sitio que ocupan las matemáticas y la mente privilegiada de Jack, quien no cree en las casualidades, sino en la probabilidad de los fenómenos aleatorios; que todo ocurre en un cierto intervalo numérico
No es sólo mucho más que un genio en la matemáticas, Jack domina los automóviles y de un vistazo es capaz de saber de qué materia están hechas las ruedas de un coche, una camisa, o los ingredientes de una colonia. Es alguien fuera de lo normal, con un cerebro extraordinario...
Y su proyecto vida.
Y esa voz que le persigue hasta el final.
Además, encontrarás un asesino en serie, cuatro hermanos, una prometedora pareja de inspectores del FBI. Una infancia y una juventud destrozadas y marcadas por abusos, que serán los motivos para que más de uno se tome la justicia por su mano.
Lo mejor es el arranque, que te atrapa, y el final, que pide a gritos una secuela de La chica del semáforo y el hombre del coche. Es un libro lleno de subtramas, lo que David Orange soluciona de maravilla dando voz a los diferentes protagonistas en cada capítulo.
Y eso que David Orange es valenciano de pura cepa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario