martes, 9 de febrero de 2021

‘El príncipe de la niebla’

La primera novela que escribió Carlos Ruiz Zafón ofrece misterio y suspense, aventuras, amistad, familia y el primer amor de adolescencia. Con un lenguaje sencillo y mucha imaginación cautiva al público más joven.



El príncipe de la niebla completa la variada selección de literatura en la clase de mi hijo de primero de Secundaria.  Afortunadamente, a él y a sus amigos, les gustó mucho. Lo comentaban, incluso en el chat, se picaban y hacían apuestas sobre el final. 
No en vano, con sólo 26 años y gracias a esta novela, Ruiz Zafón se alzó con el premio Edebé de Literatura Juvenil.


Como madre y lectora curiosa, no quise perder la oportunidad de volver a acercarme al autor después de tantos años. Y sí, me gustó. 

Escrito con sencillez, no faltan descripciones realistas, personajes perfectamente definidos, diálogos que agilizan la novela, flash backs y estupendas recreaciones de ambientes. 

El jardín de las estatuas difuminadas por la niebla, el gato que aparece y desaparece sigilosamente, el payaso que parece reírse, el silencio de la noche, los trastos abandonados en un desván, el barco hundido, el oleaje, el niño que desapareció, el faro y su solitario farero, el reloj de la estación que marca las horas al revés... 
Con estos elementos, que muchos son recurrentes en la obra de Ruiz Zafón, el autor logra compartir con el lector los sentimientos de Álex Carver. 

El protagonista es un adolescente que decide husmear en el lugar donde acaba de mudarse con su familia. Allí no sólo hará nuevas amistades y madurará, sino que además, a pesar del miedo que pueda sentir en algunos momentos, asumirá el reto de aclarar el misterio que envuelve a la familia que habitó su actual casa y cuyo hijo desapareció. 


Recomendable para los más jóvenes, porque el tema les es cercano, tiene grandes dosis de suspense y personajes creíbles, no es muy largo y su lenguaje está tan lejos de los cuentos infantiles como de los libros para adultos. 

Es, además, el primero de La Trilogía Niebla, al que siguen El palacio de la medianoche y Las luces de septiembre. Buenas opciones para tenerlas a mano e intentar que continúen con la lectura en cualquier momento.
¡Nunca es tarde para intentar aficionar a los más jóvenes a la lectura!


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