miércoles, 3 de febrero de 2021

La niñera, la abogada y la ministra de Podemos

El entretenimiento está servido con la nueva temporada del culebrón de Podemos. El nuevo episodio tiene como protagonistas a la ex abogada de Podemos, expulsada del partido, y a la niñera del matrimonio de políticos, que es asesora del Ministerio de Igualdad. 




Cuentan las malas lenguas que la abogada Mónica Carmona fue obligada por Pablo Iglesias a abandonar Podemos. Y todo, porque ella, junto a José Manuel Calvente, estaban investigando las presuntas irregularidades del partido. 
Ahora, por ansia de venganza o por afán de justicia, la abogada ha decidido no guardar silencio: acaba de denunciar que la niñera del matrimonio es una asesora del Ministerio de Igualdad, Teresa Arévalo. 

Lo cierto es que Teresa cuida de la niña desde que nació, en 2019, es decir antes de que Irene Montero consiguiera su ministerio. 

La relación entre ambas viene de antiguo: Teresa Arévalo forma parte del Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, y fue diputada por Albacete en el Congreso entre 2016 y 2019. Después, se la nombró jefa de gabinete de Irene Montero. 
Con las  elecciones de 2019, cuando el partido cayó en votos, Teresa perdió su acta de diputada, pero justo en agosto de ese año llegó al mundo la pequeña Aitana, y Teresa empezó a cuidarla. 

En cuanto la pareja del vicepresidente segundo obtuvo su cartera de Igualdad, la niñera fue colocada al frente de la Secretaría de Políticas de Cuidados. Hoy es asesora de nivel 30 de dicho ministerio y, huelga decirlo, persona en la que Montero confía ciegamente. 

En la denuncia, además, consta que si el sueldo de la niñera-política antes salía de las arcas del partido, ahora sale del estado.

Con razón dice la ministra que el estado tiene que ayudar a las mujeres-madres que trabajan: no pueden llegar a todo. Así que ahora su niñera, y al parecer amiga, es alta asesora del ministerio y puede estar junto a ella y su hija en todo momento. 

Eso sí, nadie sabe muy bien en qué ni cómo se ha preparado Teresa. Sólo cuenta con los estudios de Secundaria, no tiene formación superior en Ciencias Políticas, Educación Infantil o Pediatría, por ejemplo, y ni siquiera un módulo de Puericultura o Enfermería. 

Y es que a veces vale más la amistad que el currículum. 

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