lunes, 8 de marzo de 2021

Meghan, sin pelos en la lengua

Que me perdone la casa real británica: lo que ha hecho Meghan me recuerda al culebrón de Paquirrín. Eso sí, con mucho más glamour, mejor gusto y mucho más cool. De aquí a Londres.  

Salvando las distancias, que no son pocas, ambos han utilizado los medios de comunicación para hablar mal de su familia y airear los trapos sucios. Pero si aquí se siente pasión por las folclóricas no te cuento lo que respetan allí a su reina, toda una institución a la que adoran. 

Los duques de Sussex han concedido una entrevista a la archifamosa Oprah Winfrey, por la que la cadena CBS ha pagado entre siete y nueve millones de dólares, ni más ni menos. 

Meghan se ha deshecho en lenguas, lo mismo que nuestro Kiko con Jorge Javier. Ha dicho de todo, y ha intentado poner patas arriba la casa real. De momento en el Reino Unido se encuentran en estado de shock, el desgreñado Boris Johnson aún no se ha pronunciado, estará digiriendo las declaraciones: 

Pensó quitarse la vida, se sintió muy sola, nadie la ayudaba, la casa real (no la familia real) la atosigaba continuamente, y, lo más fuerte de todo: ¡¡¡que durante su embarazo todos especulaban con el color de la piel de su hijo!!! 

Que no congenia con Kate Middleton: la hizo llorar el día de su boda; que la reina es encantadora, con ella siempre se ha llevado de cine, y que su suegro no da señales de vida, aunque Harry ha intentado hablar con él, nada, no se ha puesto al teléfono.

Después de que Meghan se despache a gusto, Harry aparece en la entrevista para corroborar todo lo dicho por ella cogidos de la mano, y, aunque no da nombres, asegura que La Firma, es decir la casa real, está detrás todo lo que han sufrido. 

La puesta en escena es perfecta: en el exquisito jardín de la residencia californiana de la periodista Gayle King, amiga de Oprah y de Megan. Con una luz y vegetación espléndidas, la ex actriz, pletórica en su embarazo, intercambia miradas y caricias llena de amor con su marido, sonríe, llora y habla en el momento adecuado. Para terminar la pareja descubre el sexo de su bebé en camino: una niña. 

Dicen que los duques de Sussex no han cobrado nada por esta entrevista... Tal vez no son tan parecidos a Paquirrín. 





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