Increíble que en pleno siglo XXI el presidente de un país decida ocupar, y ocupe, otro por la fuerza, a base de bombas. ¿De verdad que nada ni nadie puede parar tanta maldad?
El homo sapiens continúa en la lucha contra el cáncer, el sida, y otras enfermedades mortales. Progresa en la ciencia, las matemáticas, las artes, la cultura, la ingeniería, la digitalización de la vida, la filosofía, la religión... En todo.
Sin embargo, el homo sapiens no es capaz de parar la guerra. Y así estamos: hablando de bombas, masacres, refugiados, ejecuciones, detenciones, corredores humanitarios...
Mientras Putin pone en jaque al mundo, Volodimir Zelenski y su pueblo se alzan como los grandes héroes.
Bombas, ciudades asoladas, precariedad, tristeza, muerte, y más muerte. Odio y más odio. Ansias de poder por parte de Putin.
Eso cuentan quienes están viviendo en primera fila esta guerra. Quienes son testigos de cómo Volodimir se ha alzado como la gran estrella. Es el mejor ejemplo de resistencia; sus discursos tratan de elevar el ánimo de su pueblo, ante el que se presenta como un soldado más.
Por algo al villano Putin se le ha puesto entre ceja y ceja acabar con él. Y ya van tres los intentos fallidos de asesinarle.
Mercenarios de la empresa privada Wagner y chechenos se han hecho pasar por ucranianos, se han mezclado con el pueblo ocupado, le han tendido trampas, le han perseguido con el objetivo de matar a él y a 24 miembros de su gobierno.
De momento, Zelenski ha esquivado la muerte: cada día duerme en un sitio, cambia su ruta por las calles de Kiev, su gobierno vigila cada coche, tren o convoy; cada mercado, iglesia y rincón de la ciudad; cada refugiado o periodista y miran con lupa cada pasaporte, certificado acreditación de prensa... El presidente ucraniano, que no ha prescindido de sus ruedas de prensa, sus arengas y discursos, siempre se presenta rodeado de personal armado.
Cuentan que opositores del servicio secreto ruso, FSB, avisaron al equipo de Zelenski sobre las intenciones de los mercenarios. Estos, que no lograron matar al presidente ucraniano, han sido ejecutados.
La crueldad en estado puro.
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