miércoles, 2 de marzo de 2022

Putin, más que malo

Sátrapa, psicópata, tirano, loco, megalómano, cruel, déspota. Mucho se está diciendo de Putin, pero la palabra que mejor lo define es malo. 


"No hay purgatorio para los criminales de guerra, van directamente al infierno". Estas palabras del embajador de Ucrania en la ONU, Sergii Kislitsia, sobre Putin lo dicen todo.  

Quien no esté contra Putin y no condene su guerra está con él. No hay excusa: está matando inocentes movido por su perversidad. 

Cuentan que confiaba en que la guerra iba a ser rápida, creía que Ucrania se iba a rendir pronto; subestimó a los ucranianos. 

Por ello cada día se siente más frustrado y su ira va en aumento, tal y como aseguran desde el Kremlin. Esto le convierte en una persona más peligrosa e inestable mentalmente, lo que queda patente en sus comportamientos y discursos: entre otras cosas, llamó a los dirigentes de Kiev "banda de drogadictos y neonazis".

Cuentan que ya comenzó a dar señales de su inestabilidad mental con el COVID19: extremó sus cuidados y medidas de seguridad hasta el límite de no mantener contacto con nadie. 

Ahora, desde su búnker, sin despeinarse ni pasar hambre ni poner en peligro su vida, manda a sus compatriotas a la muerte y es culpable de los fallecimientos de hasta el momento 2.000 inocentes ucranianos, así como de la devastación de ciudades enteras. 

No satisfecho con ello, su ministro de Exteriores amenaza al resto del mundo con una tercera guerra mundial, una guerra nuclear, para dar respuesta a las sanciones que Occidente está tomando contra Rusia. 

Y mientras tanto, Ucrania sorprende al mundo como un país de héroes. 

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