lunes, 30 de mayo de 2022

Enhorabuena, Madrid

Después de la victoria blanca toca lunes de resaca. También de reflexión, y de satisfacción. Ha sido un ejemplo de civismo. 



Más allá de ser o no seguidor, que ya no hincha del Real Madrid, esta décimo cuarta copa ha puesto de relieve la importancia del trabajo en equipo: sin los paradones de Courtois no habría sido posible esta victoria ni tampoco sin el gol de Vinicius o el apoyo del resto del equipo. 

Otra gran lección para los jóvenes seguidores del fútbol: que siempre se puede remontar; nunca hay que tirar la toalla. 

Un día después de la celebración victoriosa por las calle de la Villa y Corte, lo que también queda claro es que ha sido un ejemplo de seguridad, buen rollo, alegría y admiración. 

La policía nacional, desplegada por las zonas que podrían ser conflictivas, evitó y previno broncas, peleas o cualquier altercado, así como el SAMUR y los servicios de limpieza estaban preparados para actuar unos en caso de emergencias y otros para dejar Madrid radiante tras la fiesta.

Familias paseando por la capital de España, de blanco, luciendo camisetas del equipo y sin problemas, con una gran sonrisa, se veían niños felices, jóvenes sonrientes y toda la ciudad desplegada para vitorear a sus héroes, quienes han traído desde París la copa de Campeones, y eso que decían que Liverpool FC era un gran rival a batir, con una enorme nivel futbolístico. 

En las horas que duró el partido la capital estaba silenciosa, con las calles medio vacías; recordaba a los días de encierro de la pandemia, y después la celebración fue un ejemplo de alegría, saber celebrar y madurez. 

Eso sí, todos felices, y sobre todo Madrid, que le viene de perlas alzarse con esta copa y ser de nuevo centro de atención del mundo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario