Para mí, de momento lo más reseñable de la Eurocopa ha sido lo de Cristiano, que por lo menos ha tocado la fibra sensible.
Fue el lunes pasado en el partido en el que se enfrentaban Portugal y Eslovenia. Después de 90 minutos sin grandes jugadas y un 0-0 en el marcador, la estrella portuguesa, que ya tenía mala cara y se mostraba poco animado, en la prógrroga falló un penalti y se echó a llorar sin consuelo.
La verdad es que chocaba ver a Cristiano roto de dolor y con el rostro anegado en lágrimas, mientras sus compañeros trataban de consolarlo y su madre, en las gradas, también lloraba; parecía el fin del astro Cristiano.
Lloraba sin consuelo y pidió perdón a su país por haber fallado. Mostró su cara más humana y humilde y encima en un partido donde le estaba viendo todo el planeta, al menos Europa entera.
Aunque en la tanda de penalties, marcó el primer tanto de su equipo, mientras que el portero portugués Diogo Costa salvó los tres intentos de Eslovenia. Y así Portugal pasa a cuartos de final contra Francia.
¿Quién lo ha visto y quién lo ve? Si hace nada, cada vez que metía un gol se paraba en mitad del campo luciéndose como si fuera un superhombre (para mucho lo era, y lo es) y se quitaba la camiseta para celebrar sus éxitos y lucir su musculatura.
O sea que Ronaldo es humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario