Este fin de semana hemos puesto cara a la novia de Alberto Rivera. Es rubia, de pelo liso, delgada y muy mona. En su punto justo: ni despampanante ni desarrapada. Mona.
La hemos visto en el suplemento La otra crónica de El Mundo. Al parecer, a Alberto Rivera no le ha hecho nada de gracia. Pero eso es lo que tiene, Alberto, ser un político, salir de tapas por Madrid, y más aún si luego escaparateas por la Milla de Oro, y encima con tu novia. Claro. Si fueras mi vecina del tercero y pasearas por una calle cualquiera de cualquier localidad española nadie te miraría.
Muy monos los dos. Jóvenes, bien avenidos y muy normales. Ni muy puestos ni nada dejados. En su punto, serían perfectos para pasar inadvertidos.
Sólo un apunte. ¿Tú te pondrías shorts para salir por Madrid o cualquier capital del provincia del interior?
Quiero decir que si irías a comer, a picotear o a tomar el aperitivo con tu pareja y luego de tiendas, vestida con un pantalón corto tipo short.
Yo siempre he pensado que son exclusivos para las localidades con playa o río, para hacer excursiones o para ir a la piscina o montar en bici. Pero vamos que yo no sé...
Si eres una veinteañera te quedan de miedo en plan sport matinal y para salir por la noche, con tacones y bien puestos. Pero estamos hablando a partir de los 30.
Ante la duda, y aunque encuentras pantalones cortos en todas la tiendas, puedes apuntarte al vestido de verano (con sandalias, alpargatas o incluso unas cuñas para ir más mona). O una falda (con un top o camiseta, según cómo quieras ir). En ambos casos vas tan fresca como con los shorts pero más en tu lugar. ¿No te parece?
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