lunes, 25 de enero de 2016

'Alex', otra genialidad de Pierre Lemaitre

Ya te lo he dicho en dos ocasiones (con Nos vemos allá arriba y con El vestido de novia), pero te lo repito. Te recomiendo las novelas de Pierre Lemaitre, y hoy me decanto por Alex, una de las últimas que he leído. Es diferente. Porque una cosa es lo que parece y otra lo que es en realidad.  



Si quieres una novela tradicional, ya sea negra, de suspense o policíaca, incluso una historia de amor como mandan los cánones. Si quieres un libro con una trama al uso; con un arranque que te atrape, un nudo sosegado y un desenlace feliz. Si lo que quieres es un libro que no te haga pensar, que te distraiga, que lo leas sin más, sin que te ponga los pelos de punta, que no te posea y que no te sorprenda más y más a media que lees. Entonces, no cojas Alex. 

La percepción que tienes de la protagonista varía tres veces. La defiendes, crees que es una pobre chica sola; luego la odias y aseguras que es cruel, fría y malvada, para luego defenderla, y al final te quitas el sombrero ante ella y ante su creador. Porque incluso desaparecida, la chica sigue moviendo los hilos de la trama. ¡¡Bravo!! 

Se trata de un nuevo caso de Camille Verhoeven, comandante de la Brigada Criminal de París, que tiene que investigar el secuestro de una joven.
A medida que se conocen datos de la chica se va complicando la trama. Una historia increíble, y tan perfectamente organizada que los hilos se van uniendo con total sentido. Bien diseñada, genial hilvanada y solucionada de maravilla.

Con personajes perfectamente retratados: el hermano ¿solícito y bueno, o abusón y odioso?, la madre más que dura, cruel; los hombres que pasan por la vida de la chica, para todos los gustos: y el cuerpo de policía: el rico y refinado, el cutre (que luego resulta que no es tan cutre), el jefe (entre jefe y amigo), Verhoven (que intenta mantener su autoridad desde sus escasos 145 centímetros de altura) y el juez (con una difícil relación con el Cuerpo).

Como toda la obra de Lemaitre es otra cosa; una novela diferente, alucinante, en la que sus personajes toman la justicia por su mano, y en este caso incluso muerta la prota continúa cambiando la historia. 
Una novela que clama por la justicia. La justicia es lo esencial y no tanto la verdad, al menos eso opinan Verhoeven y el juez. ¿Tú qué crees? Lee el libro y estarás de acuerdo. 



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