Un ritmo trepidante, una historia que engancha, unos personajes magistralmente perfilados y la búsqueda de la verdad. La viuda va a inundar las playas este verano.
Fiona Barton es periodista, y se nota. Se nota en su novela La viuda. Por el ritmo de la narración; por la sucesión de detalles elementales para la historia, sin pararse en florituras. Por la manera de contar la historia: a través del paralelismo en el tiempo pasa del presente al pasado sin volver loco al lector. Por los personajes, son cinco principales y están recreados de maravilla; son creíbles. Y por lo bien escrita y lo mucho que me ha gustado.
Fue redactora del Daily Telegrah, cubrió la desaparición de Madeline McCann, y también se nota. Por eso se ha decantado por una historia de este tipo, en la que además de narrar la desaparición de una niña, pone sobre la mesa muchos temas de actualidad:
Retratra a un pederasta, con qué dureza y frialdad absolutas esconde su terrible carácter para tratar de pasar por el prototipo de marido pulcro, servicial y trabajador, que a la vez empequeñece a su mujer, trata de culparla de todo lo que les ocurre, hasta de su desviación, trata de manejarla, de presionarla. Es un monstruo con piel de cordero.
Una vez más, hablamos de internet, de un arma que mal utilizada puede ser muy, pero que muy peligrosa.
La falta de comunicación en muchas parejas. Conviven durante años, pero no se conocen, no sabe una lo que hace el otro; en qué gastan su tiempo libre. Qué desean, qué esconden...
La infertilidad, la terrible frustración que sufren muchas mujeres por no poder tener hijos.
Retrata con realismo el periodismo sensacionalista. El linchamiento que provoca, así como la persecución, la búsqueda atroz de la noticia, de la declaración, la batalla por la exclusiva sea como sea y por encima de lo que sea y quien sea.
Fiona Barton asegura que durante su trabajo de investigación y la cobertura de juicios que llevó a cabo, llegó a la conclusión de que el personaje secundario es clave en muchos casos. El que se lleva la peor parte, al que nadie tiene en cuenta, que sufre por todos y por todo, pero que tiene mucho que decir y es el que más sabe. Este libro es un homenaje a ese personaje.
Y yo, como madre, le agradezco infinito a Fiona Barton que no recreara la desaparición de la niña, cómo la secuestraron ni su sufrimiento. Mil gracias por ahorrarnos este trago. Aún así, el libro es recomendable y totalmente creíble.
Y yo, como madre, le agradezco infinito a Fiona Barton que no recreara la desaparición de la niña, cómo la secuestraron ni su sufrimiento. Mil gracias por ahorrarnos este trago. Aún así, el libro es recomendable y totalmente creíble.
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