Con este caloraco en las salas de cine se está muy confortable. ¿Quieres una película para disfrutar en familia, que por lo menos sea entretenida y no se te haga larga? Te recomiendo La leyenda de Tarzán.
A mí me gustó. Aunque dicen que abusa del CGI, que se han pasado generando imágenes por ordenador, pero ¿que sería de Tarzán sin gorilas, elefantes, leones, hipopótamos o ñus? ¿Y si no peleara contra un gorila, seguiría siendo Tarzán?
Dicen también que se han pasado con la hipermusculatura de Alexander Skarsgård y con los paisajes en plano general. Puede, pero no molesta. Cierto es que en esta peli Tarzán se acaba imponiendo como uno de los mayores superhéroes del cine: inmortal, fuerte y poderoso. Sí, así es, pero no queremos dramas, no queremos ver morir a Tarzán; queremos ver al hombre mono como el rey de la selva y que nos haga pasar un rato agradable, sin penas ni sufrimientos.
En fin, que David Yates te retiene durante casi dos horas frente a la gran pantalla sin que la peli se te haga larga.
Se trata de una película ambiciosa: con la excusa de recrear por enésima vez la historia de Tarzán, trata temas como la avaricia y la ambición humana, el tráfico de diamantes y de marfil, los abusos en las colonias, la esclavitud. Pero no profundiza mucho más.
Y lo que no podía faltar: el sancho panza, el graciosillo, el contrapunto al personaje de Tarzán encarnado por Samuel L. Jackson, que le acompañará en su aventura, y resulta cansino.
Al final sales contento de la sala, que no es poco: te quitas del calor con una cinta que gusta a toda la familia. Tiene de todo: protagonistas guapos, aventuras, amor, animales, selva y hasta pinceladas de la historia del siglo XIX. ¿Qué más quieres?
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