Ikea, esa película de terror

¿Hay algún ser humano que se precie de no tener en su casa nada, absolutamente nada, de Ikea? Pues a veces te dan ganas. Luego queda mono, sí, pero lo malo es hasta que queda. 

Cuando entras en la tienda sueca y te paseas por la exposición quieres llevártelo todo: estanterías, armarios, sillas, mesas, librerías... Luego la realidad te golpea: ¡¡¡¡lo tienes que montar tú o tu pareja o los dos juntos (y acabáis echándoos los trastos a la cabeza)!!!! Entonces todo te parece menos mono y más inalcanzable. 
Vamos, que yo conozco a una pareja, Eva y Luis, que compraron una estantería ideal y acabaron tirándola. Luego se fueron a un carpintero y se la encargaron. Se la llevó montada y hasta más mona que la de Ikea. 

¿Buscas un sofá cama para un cuarto de invitados/chicosyamigos, práctico, funcional y sencillo? ¿Te cuento mi experiencia? 

Hablas con amigas y cuñadas. Miras en la web, catálogo y tiendas, tomas medidas, mides y te imaginas cómo queda el sofá cama Backabro en tu casa. Monísimo. Así que te vas de excursión a comprarlo.

Le preguntas al encargado de la sección de sofás. Es majísimo, te aconseja, te dice que es súper cómodo y te enseña las fundas. 

Eliges una lisa, porque hay otra más sufrida, pero tiene una trama que no te gusta. Él te aconseja que te lleves, además, una especie de funda para poner sobre el sofá y protegerlo cuando lleguen los amigos de tus hijos, así la tapicería lisa no se ensuciará tanto. 

Compras el sofá cama con la funda lisa. Como no te fías de ti ni de quienes te rodean, y no quieres tener un mes las piezas extendidas por la casa, contratas el servicio de montaje: "Nadie como Ikea para montar sus propios muebles", piensas ingenua. 

Pues estoy de suerte: me lo llevan y me lo montan mañana. ¡¡¡Bien!!!

Para rematar, compré una alfombra kilim ideal y un cojín a juego. Llegas a casas, colocas todo y... ¡¡mañana la nueva habitación con todos los detalles!! 

¿Si? Claro, era lo suyo: comprado y pagado. Contratado el servicio de transporte y montaje y, eso sí, pagado por adelantado, que por el módico precio de 78 euros te lo traen y te lo montan. 

Al día siguiente llegan los montadores. Genial, ¿¿¿¿a que sí???? Pues no. Porque la cadena se ha roto en el segundo eslabón, en el momento de comprarlo. El primero eres tú que sales, miras, decides. Y pagas. 

Y oyes:

- Señora, ¿y el colchón?

- ¿Qué colchón? 

- El colchón de la cama, sin el colchón no se puede montar. 

- ¿No lo han traído?

- No, señora. Va aparte. 

- ... ¿Y esta funda? ¡¡¡¡¡¡Horror!!!!!! Es la de la trama.

- Señora, nosotros nos vamos y pásese por la tienda a comprar el colchón y la otra funda.

Llamas a Atención al cliente. Te hacen el cambio de la funda. ¡Qué casualidad!: la que me ha traído el chico es 100 euros más cara que la que yo quería; me da para comprar el colchón y me sobran 30 euros. 

Vale, no hay problema. Bueno, sí, sí lo hay: me lo llevan todo el lunes de la semana que viene y hoy es miércoles. Además, me devuelven los 30 euros cuatro días después de que se lleven la funda equivocada. 

O sea, que ni alfombra, ni kilim ni nada. Una semana con la habitación hecha un asco, con un sofá a medias, un cuarto desatartalado: todo pagado y nada terminado, todo mal hecho por parte de Ikea. 

Llega el lunes. Y ¿qué te crees?, ¿que te lo montan de primeras? Nooooooooooooooooooooooooooo. Ni hablar. 

Te mandan otros chicos, que no saben lo que tienen que hacer y encima te preguntan por qué no han mandando a los montadores del otro día. Dicen que faltan tornillos y no pueden montarlo. ¿Te lo crees? ¿Te parece real o una película de terror? Así que llaman al otro montador. 

- Sí, sí, señora, en una hora está aquí y se lo monta. Adiós.  

Llega masticando y sin saludar. Dice que no faltan tornillos y por fin lo monta, pero ¡¡¡¡¡la funda está arrugadísima!!!!! 

¿Todavía hay quien compra en Ikea?