miércoles, 13 de marzo de 2019

Arancha, arrepentida

Qué suerte tienen las famosas. Si meten la pata, se portan mal con alguien o quieren pedir perdón, lo tienen súper fácil.



Las ponen requeteguapas, con unos estilismos más o menos de buen gusto, las maquillan y las peinan genial, y encima les dejan soltar por su boca todo lo que les apetezca. Piden perdón, cuentan su versión de los hechos, lloriquean un poco, se llevan la exclusiva y ya está. Resuelto. Fin. Ni penitencia ni nada. Como nueva. 

Arancha Sánchez Vicario acapara la portada de ¡HOLA! para contar que se portó fatal con su familia por culpa de su ex, quien engañó a la pobre cuando estaba loca de amor por él, la enfrentó a sus padres y hermano, e hizo que creyera que lo que querían era aprovecharse de ella. Tanto fue así, que la tenista hasta escribió un libro del que ahora se arrepiente enormemente. 
Pero hoy, por fin, Arancha se ha dado cuenta y quiere pedir perdón, contar su realidad y limpiar su alma y su corazón ante cualquiera que lea ¡HOLA!. Pobre, ¡¡lo que ha sufrido!!, menos mal que ahora reconoce que su madre es lo más importante de su vida y que echa muchísimo de menos a su padre. 

En cambio, nosotros, humildes mortales, si metemos la pata con alguien nos arreglamos como podemos. Es decir, no queda otra que dar la cara, y coger el móvil. 
Tirar de whatsapp o de una llamada para pedir perdón como se ha hecho toda la vida, con un par, afrontando lo que se ha hecho. 
Eso sí, hay quien es mucho más atrevido, y echa mano de las redes sociales para contar todo a quien quiera leer sus miserias –que ya son ganas–.
A mí me da pelín de vergüenza ajena: cada uno que lave sus trapos sucios en casa. Ni redes sociales ni revistas, que la prensa rosa está para que disfrutemos y veamos lo maravillosas que son las vidas de las famosas. Tan guapas, listas, jóvenes, estilosas, fabulosas. Para miserias y malos rollos ya tenemos bastante con los del vecino. 


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