domingo, 10 de marzo de 2019

¿Quién es la feminista?

¿Quién les ha dicho a las que organizaron la movida del 8M que una mujer –hetero, anti Pedro Sánchez y anti Pablo Iglesias, católica, casada por la iglesia y con hijos– no es feminista? 


Lo digo porque en la manifestación del 8 de marzo se ofendió a partidos políticos y votantes que no comulgan con las ideas ni las formas de Pedro o de Pablo, y se agravió, una vez más, a la Iglesia.
¿Con qué derecho?
Se echan a la calle para defender a las mujeres, pero no respetan a las que no piensan como ellas. 
Gran error, ¡¡enorme!!
Todas queremos la igualdad. Queremos cobrar lo mismo que los hombres, queremos tener las mismas oportunidades, a pesar de traer los hijos al mundo. Todas, guapas y feas, hetero y lesbianas, altas y bajas, negras y blancas, de izquierdas y de derechas, católicas y ateas. Todas luchamos y trabajamos por la igualdad desde nuestro lugar en la vida, porque nos interesa. A todas. Por nosotras y por quienes vienen detrás. 
Así que, por favor, las que politizan esta lucha, las que se creen las dueñas del feminismo y de la igualdad, un poco de humildad; hay otros puntos de vista tan válidos como los suyos: el mundo es más que ellas. 

Si en el siglo XXI se habla de igualdad hay que empezar por respetar y tolerar. Es de cajón, de valores de ciudadanía. Te guste o no. Lo contrario es censura, dictadura, imposición. Es retrógrado. 

Muchas mujeres –que no van con la peluca rosa, ni enseñan los pechos en una manifestación feminista, se depilan y no insultan a los contrarios, ni se creen las dueñas del feminismo–  hacen mucho por y para la igualdad en sus casas, en sus familias, en sus trabajos y en sus círculos. 
Además de ser católicas, no piensan votar a Sánchez ni a Iglesias, pero toleran y respetan. 
Trabajaron el 8M, y se fueron a la compra porque les dio la real gana. 
Porque a ellas no les dice nadie lo que tienen que hacer. 

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