Mientras que ayer por la noche Ana Boyer convertía a su madre de nuevo en la abuela más glamourosa, guapa y joven del panorama, Pablo Iglesias asomaba a El Hormiguero a decir tacos, uno tras otro.
Alrededor de las nueve de la noche, Ana Boyer trajo al mundo a su primer hijo en la clínica Ruber Internacional de Madrid. Pesó casi tres kilos y se llamará Miguel, como su abuelo. Madre e hijo están estupendos y padre, emocionado, como corresponde.
Mientras tanto, la reina midiéndose en elegancia, gracia, donaire y belleza con Juliana Awada. La frivolidad al poder.
Y, ajeno a estas dos enormes noticias, Pablo Motos invitó a Pablo Iglesias a su programa para darle la oportunidad de hacer campaña, desmentir lo que se ha dicho de él y explicar por qué se ha ido a un chalé donde está tan lejos y aislado de la ciudadanía como el resto de políticos, a los que él llama "casta". Otra incongruencia más, que se suma a la de ser un hombre y liderar un partido que se llama Unidas podemos. O sea, que ahora es él el que lidera la causa feminista.
Lo peor de ayer fue la cantidad de tacos y expresiones vulgares que empleó durante toda la entrevista. La pena me invadió al escuchar a un candidato a la presidencia y al parlamento expresarse de esa manera. Qué lejos queda la oratoria como arte, como una muestra de lo que eran los políticos no hace tanto, cuando iban al parlamento a hacer política de verdad. Cánovas del Castillo, Emilio Castelar, Antonio Maura... ¿No hay nadie con esos dotes?
"La hemos cagado", dijo en referencia al cartel de su partido en el que se leía la frase vuelve en grandes caracteres sobre su imagen de espaldas. El colmo del feminismo.
También pronunció maravillas como: "Estamos jodidos", "en condiciones de mierda", "ni de coña aciertan las encuestas". En lugar de dar datos, cifras, estadísticas o aportar soluciones; hacer política, vamos.
Tacos, como hostia, joder y coño los repitió varias veces.
Me niego a que me represente alguien que habla en un programa de televisión y que hace campaña como si estuviera de cañas con sus amigos. O como dijo ayer: "En la piscina de cañas con los colegas se está muy bien", en referencia al piscinón de su chalé.
No, y no. Si los políticos dicen tacos, ¿qué nos queda? Mucho quieres, Pablo, que tus hijos se eduquen fuera de Madrid y por eso aseguras que has sacrificado Vallecas (con lo que te gusta), pero dices una cantidad de tacos y expresiones vulgares que no es lo más correcto para educar a los hijos. Tú sabrás.
Me parece incongruente todo. Desde el nombre del partido hasta lo que quiere representar. En mi humilde opinión.
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