¿Viste y escuchaste al papa con Jordi Évole?
Al margen de las creencias religiosas, es una figura internacional cuyas ideas, consejos y encíclicas afectan a los 1.285 millones de católicos que hay en el mundo. Y estuvo divino.
El 17,7% de la población del planeta es católica; más de 1.300 millones de personas, y ayer asomó a la televisión española el papa Francisco. Y, una vez más, conquistó a quienes le vieron y escucharon,
Habló mucho, y muy bien, sobre la mujer en el mundo y en la Iglesia; sobre el feminismo, el machismo, la sexualidad, la homosexualidad, la prostitución y los abusos. Sobre el estado del mundo, de Venezuela, de Europa, de España y de la memoria histórica. Habló muchísimo de la Iglesia y de los abusos sexuales dentro de esta.
De casi todos los temas de rabiosa actualidad, y también de sí mismo; de cómo vive, come y duerme (por cierto, dijo que duerme como un tronco: porque, entre otras cosas, tendrá la conciencia tranquila). También dijo que ser famoso no le aporta nada, no le hace mejor ni peor. Y cuando Évole le preguntó si le avergüenza hablar de pobreza viviendo en el Vaticano, contestó que vive en un museo y que no hay cosa más aburrida que vivir en un museo.
Me encantó. Habla pausado y relajado. Transmite serenidad y paz. Contestó a todo, se mostró cauto, pero seguro de lo que decía, tranquilo y sonriente; informado, actual; sincero y con ganas de servir, de solucionar y con un talante apaciguador.
Ante la pregunta sobre el aborto en caso de violación contestó con otra pregunta: ˝¿Es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema?, ¿es lícito alquilar a alguien para que la elimine?˝.
Me encantaron estas ideas: que el chismorreo denigra y tira para abajo y que no se puede vivir juzgando. Y que la tendencia no es pecado.
Y sobre todo, esta declaración dio mucho que pensar, muchísimo: ˝Antes de declarar a alguien enemigo lo pienso 20 veces˝.
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