Una crítica feroz al mundo en que vivimos. A las empresas, a sus áreas de recursos humanos y a la sociedad en general, que poco o nada ayuda a las personas maduras a reciclarse. Así es este libro de Pierre Lemaitre
La última que he leído retrata el drama de un alto directivo.
Con más de 57 años es despedido de la empresa donde ha ejercido durante toda su vida laboral. A partir de entonces se estanca: parece que su edad se convierte en un hándicap para encontrar otro empleo en las mismas condiciones.
Sin darse cuenta, esta búsqueda se convierte en mucho más que una obsesión y acaba por destruirse a sí mismo, a su mujer, a su familia. Se convierte en un criminal, en un hombre violento, enloquecido, mentiroso, tramposo...
Es el retrato deprimente de cómo se va metiendo en una vorágine de mentiras, promesas, deudas y delitos.
Lemaitre trae a el terrible problema de la edad madura y el paro, la crisis económica, la tiranía de la edad y de la imagen.
Narra la gran contradicción: dedicas tu vida por y al trabajo y cuando lo pierdes, te siente vacío, diferente, estigmatizado, solo, avergonzado, acomplejado... Y no dudas en traspasar las líneas rojas y vivir al límite si con ello consigues volver al mundo laboral.
Narra la gran contradicción: dedicas tu vida por y al trabajo y cuando lo pierdes, te siente vacío, diferente, estigmatizado, solo, avergonzado, acomplejado... Y no dudas en traspasar las líneas rojas y vivir al límite si con ello consigues volver al mundo laboral.
Los personajes de Lemaitre, una vez más, son geniales. Retrata con maestría al protagonista, a su mujer, a sus hijas, a su yerno y al amigo alcohólico, a quienes lleva a vivir situaciones excesivamente dramáticas.
Con su estilo ágil y tan peculiar, el autor crea esta historia, tan actual y deprimente, en la que hay mucho amor y perdón, y en la que censura a los head hunters, a las empresas de mensajería e inmobiliarias, a la prensa sensacionalista, los best sellers, y la justicia.
Una historia con la te vuelve a quedar un sabor de boca amargo, como todas las de Lemaitre.
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