sábado, 18 de abril de 2020

El aplauso

Se abrió el debate: ¿aplauso sí o no? 
En muchos de mis grupos de móvil hay más de uno que ya no quiere aplaudir, ni aplaude. 



Dicen que se niegan a salir cada día a las 20 a montar la juerga padre como si no pasara nada, cuando en España llevamos más de 19.000 fallecidos (que se sepa), más los enfermos, más la gente que está aislada, más el curso escolar echado por alto. Sin contar con la crisis que se nos viene encima: pérdidas de puestos de trabajo, de negocios, de presente y de oportunidades. El futuro más negro que podíamos imaginar está a la vuelta de la esquina, y dicen que no arregla nada seguir aplaudiendo, como si estuviéramos contentos... 

Otros, sin embargo, aseguran que aplaudir no significa que estemos satisfechos: es el momento de asomar a la calle, ver a tus vecinos, saludar, compartir este encierro y animarte mutuamente. Además de agradecer a los sanitarios, a los limpiadores, a las fuerzas de seguridad, a los que trabajan en el súper, a los agricultores y ganaderos, a los conserjes, a los profesores, a todos a los que intentan seguir adelante. 

En lo que sí coinciden todos es en lo mal que lo está haciendo el gobierno. Los que permitieron la manifa del 8M, los que no encuentran mascarillas, los que no tienen suficientes tests para la gente normal, pero sí para ellos (tres lleva ya la ministra de ¿Igualdad? Y luego se preocupa por que digamos médicos y enfermeras... parece que para ella la igualdad es sólo de boquilla). Los mismos que se saltaron la cuarentena, los que explicaban qué es un ERTE muertos de risa, los que dicen que lo bueno de esto es que los niños van a aprender a lavarse las manos, los que citan a la oposición a través de la tele. Los que no admitieron la pandemia hasta que se nos echó encima. Esos mismos. 

En todos los chats dicen que lo que quieren es que esos se vayan. Quieren gente seria; científicos de verdad, técnicos, empresarios, economistas, trabajadores, gente que sepa, que investigue, que apueste por el talento, por el esfuerzo y por este país. Gente que nos ayude a levantar la ruina a la que nos enfrentamos. Personas válidas, con experiencia, conocimiento y vocación.  

Pero mientras tanto el aplauso va por nosotros mismos. Para subirnos la moral, compartir y agradecer a los que lo merecen. En ningún caso es un aplauso a los políticos. Eso dicen unos y otros por whatsapp. 

Y razón no les falta a ninguno. 

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