Nadie mejor que un escritor cubano para retratar la realidad de su país; narrar lo que hay detrás de cada vida, y así contar el porqué y el cómo de la diáspora cubana.
Como polvo en el viento es un tocho de libro sobre Cuba. Está muy bien escrito —de hecho Leonardo Padura fue condecorado en 2015 con el Premio Princesa de Asturias de las Letras—; sus personajes magistralmente perfilados, y la historia central perfectamente planificada. La gran pega es que el libro es demasiado ambicioso.
Demasiado largo, demasiados personajes, demasiadas subtramas. Demasiadas vueltas para contar la realidad y el exilio cubanos.
Leonardo Padura ya ha demostrado en sus obras anteriores que es un gran narrador de historias. En este libro, para contar la historia contemporánea de Cuba, encontramos tantas vidas y aventuras paralelas como personajes hay en la novela.
Padura ama profundamente su país, y ese amor le lleva a denunciar cómo se vive allí y las carencias de quienes permanecen en la isla, tal vez el motivo para que muchos la abandonen.
La historia central es la de dos jóvenes con raíces cubanas que se conocen en Miami, se enamoran y descubren que sus madres fueron buenas amigas en su juventud, miembros de un grupo apodado El Clan. Esta historia es sólo una excusa para contar todo sobre Cuba desde las vivencias de aquellos amigos que en los años 80 formaron El Clan.
A partir de ahí, Padura desgrana la forma de vida de un país donde muchas necesidades básicas de sus habitantes apenas están cubiertas, pero donde no falta educación, formación, cultura ni carreras superiores. Y justo esa educación es la baza con la que cuentan muchos cubanos —médicos, ingenieros, veterinarios, informáticos...— para abandonar su isla en busca de una vida mejor, adaptada a sus necesidades y formación.
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