Isabel Preysler sigue sorprendiendo. El último número de ¡HOLA! no tiene desperdicio y eso que sólo le dedican una página par, pero yo la he disfrutado como si fuera un desplegable.
Primero, por los pies de la maravillosa y divina reina de corazones. Aparece con unas sandalias negras que dejan sus dedos al descubierto y, ¡alucina!, no lleva las uñas hechas, como se suele decir. O sea, que parece que no lleva ni una capa de brillito.
La divina fue fotografiada en Marbella, con esas sandalias negras, unos vaqueros bootcut y una camisa azul boho, junto a Mario Vargas Llosa. Y aparece, alucina de nuevo, sentada en una terraza del centro del municipio ¡comiendo chocolate con porras! Por lo que se aprecia en la foto parece que es la churrería Generalife que se encuentra muy cerquita de la Plaza de los Naranjos, y ofrece una churros, porras y jeringos para chuparse los dedos. Una visita obligada en la pequeña ciudad de la Costa del Sol.
Se metió semejante merendola entre pecho y espalda después de haber pasado por la clínica Buchinger para ponerse a punto a base de ayuno, ayuno y más ayuno, como acostumbra al finalizar cada mes de agosto junto a su amor y su hija Tamara.
Es cierto que ya dijo Tamara en alguna ocasión que a su madre le pierde el chocolate.
Pero, aun así, ¿quién entiende a algunas: pasar días ayunando para después atiborrarse con chocolate con churros?
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