¡¡¡¡365 días sin fumar!!!!

O lo que es lo mismo: un año, 12 meses, 52 semanas... Da igual como lo cuente, el caso es que hoy celebro mi primer aniversario ¡¡¡sin tabaco!!! Las navidades, el verano, cumpleaños, celebraciones, viajes, vacaciones, momentos de estrés y de relax, comilonas y hasta una mudanza... y ¡¡¡nada!!! ni un pitillo. 

Y como hoy celebramos todo, era imposible que dejara pasar por alto tantos y tantos días sin un pitillín. Y es que merece la pena celebrar una nueva vida mucho más sana, con buenos olores y sin malos humos. 

Y cuando alguien me pregunta:

"¿Todavía te acuerdas?", "¿aún te apetece?", "¿volverías a fumar?" Mi respuesta es sí. Sí, todavía me gusta. Sí, me acuerdo. Sí, me apetece, pero también es cierto que menos que antes, que hay días en los que no te acuerdas del cigarrillo y si te acuerdas, no pasa nada: piensas en otra cosa con rapidez. También te acuerdas del verano, de las vacaciones, de cuando eras joven... y no pasa nada, sigues tan feliz. 

Y sí. También volvería a fumar. 
Si supiera que no perjudica la salud, que no me va a provocar una enfermedad larga y dura, para mí y para los que me rodean, que es lo peor. 

Si supiera que mis hijos no van a fumar.

Si no oliera tan mal y el olor no quedara impregnado en la ropa y en el pelo. 

Si no costara el dinero. 

Si no esclavizara, y no tuvieras que pasarte el día buscando estancos y contando los pitillos que te quedan. 

Si no tuviera que salir de los sitios para fumar.

Si no me ahogara al correr, y no provocara pitidos.

Si no costara volver a dejarlo.

Si no estuviera tan pasado de moda y tan mal visto. 

Si no tuvieras que meter el tabaco a presión en las carteras de mano que se llevan ahora. Que además de que se deforman quedan espantosas. 

Es decir, que sí. Volvería a fumar. 

Pero todo lo que acarrea es tan negativo que espero no volver jamás. Y si alguna vez vuelvo siempre me quedará la tranquilidad de haber estado un año entero sin fumar, ¡¡¡que no es poco!!!