Hay dos personajes que llaman mi atención: a medida que cumplen años parece que quieren, a toda costa, que no se les note. O quizá es sólo que quieren estar más favorecidos. Cualquiera...
Uno es Carlo Falcó y la otra, la simpar Ana Obregón.
Vamos al primero, al que yo siempre he tenido por un caballero, un hombre discreto, elegante y poco dado a dejarse ver. Pero ahora, desde que se ha echado una novia tan joven, raro es el día que no lo vemos en la prensa rosa y haciendo cosas que no van nada con su estilo.
La última: ¡¡¡se ha puesto un implante capilar!!! Lo que me ha dejado pasmadita.
Cuentan que cuando comenzó con el tratamiento intentaba ocultarlo bajo un sombrero. Ya no lo esconde. |
Cada vez hay más chicos rapados: ven que pierden el pelo y deciden raparse, mostrar su cabeza sin complejos, tipo Zidane o Paquirrín (por nombrar dos estilos dispares).
Sin embargo, otros hombres que ya acumulan más años se niegan a seguir perdiendo pelo y se lo ponen. Como el marqués de Griñón.
Y yo me pregunto: ¿será cosa suya, o de su nueva novia? Según ¡HOLA!: "Para tener un aspecto más acorde con su espíritu vitalista". Sin palabras.
Y yo me pregunto: ¿será cosa suya, o de su nueva novia? Según ¡HOLA!: "Para tener un aspecto más acorde con su espíritu vitalista". Sin palabras.
La otra es Anita la fantástica.
A medida que cumple años las mayoría de las mujeres va perdiendo la cintura. Pero ella ¡¡nooo!!! ¡¡¡Jamás!!!
Ella cada vez la tiene más y más estrecha. Ya ha pasado los sesenta años, y se mantiene fiel a eso de marcar delantera, cintura de avispa, y enseñar sus piernas largas y delgadísimas. Pero ¿cómo hará para tener esa cinturita?
¡¡Ay!!, y qué manía, Anita, de vestirte con modelitos tipo Barby. Pareces la muñequita de una tarta.
Seguro que si te pones algo más discreto lucirás mucho más guapa y atractiva.
Pero si está claro que tus curvas y tu mini cintura son únicas, nadie (por muchos 20 años que tenga) las puede igualar.
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