Nunca se me habría ocurrido pensar que Kiko Rivera y Angelina Jolie tuvieran algo en común, pero para asombro de cualquiera os aseguro que comparten mucho y ¡¡¡encima es un tema estilístico!!! Increíble, pero cierto.
Pues sí, ella tan estilosa, tan elegante, con esa piel tan perfecta, ese cuerpazo sin un ápice de grasa, con esos labios carnosos y esos ojazos. Toda elegancia y estilo, comparte con el hijo de Isabel Pantoja su pasión por los tatuajes. Él, en cambio, es más campechano, más rudo, más sencillote, y con algunos kilos de más. Pero, vamos, que los dos andan bien surtidos de tatoos.
Paquirrín se hizo tatuar en uno de sus brazos una foto junto a su padre cuando él era un bebé y con la frase: "Tu alma vive en mí".
También luce en su mano derecha el ojo de su princesa, su hija Ana. Por favor, qué horror, qué dentera, da un yuyu total.
En el antebrazo tiene frases en las que faltan tildes, pero no piensa corregirlas, porque dice que duele muchísimo. La espalda la tiene a tope, sin apenas un resquicio, y en el otro brazo y en las piernas.... o sea, un muestrario del arte del tatuaje.
Pues ella también tiene lo suyo: quince tatuajes repartidos entre espalda, brazos, muñecas, adbomen... que representan los momentos más importantes de su vida, más el último que se hizo en Camboya, seis meses antes de su ruptura con Brad Pritt.
Cuentan en ¡HOLA! que el monje tailandés Ajarn Noo Kanpai le tatuó la espalda con su técnica, tan antigua como dolorosa, una serie de símbolos, inscripciones, figuras animales y geométricas que unían a la pareja como marido y mujer (él se los hizo en el abdomen, flipa.) Pues a ver ahora qué hacen, ¡¡¡menuda faena!!!.... Cualquiera se los borra, la verdad.
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