lunes, 6 de marzo de 2017

‘Estimado señor M.’, el nuevo dilema de Herman Koch

Cuando lo acabes, empezarás a dar vueltas al tema que te ha planteado. Porque Herman Koch te deja siempre con el runrún en la cabeza; es especialista en plantear dilemas con adolescentes. Estimado señor M. es su último trabajo. 




Un escritor. Un profesor, al que le gustan demasiado las alumnas, y una pandilla de jóvenes. Hasta aquí, los protagonistas de Estimado señor M., la novela escrita por uno de los chicos de la pandilla, obsesionado por el escritor. 
A su vez, este chico, su novia y el profesor son los protagonistas de uno de los libros del señor M., Ajuste de cuentas. 

Herman Koch vuelve, y como es habitual en él, no se corta ni un pelo a la hora de criticar a nuestros adolescentes, a los que describe como crueles, frívolos, maleducados y sin valores. 

Pero también llegas a plantearte si estos jóvenes no serán la respuesta a la sociedad que sus padres estamos creando. Unos jóvenes cuyos progenitores ya no se quieren, son infieles entre sí,  y se engañan. O unos chicos que se han criado con una madre moribunda, o bien con un padre famoso, pero tan frívolo que parece que coquetea hasta con su hija.
Y como resultado, unos jóvenes que, al fin y al cabo, se divierten a costa de sus mayores: les asustan para grabar su reacción y luego reírse de ellos en grupo. Sin preocuparse por los efectos en las personas mayores. 

También te preguntarás si es absolutamente normal que criaturas que aún van al colegio tengan relaciones sexuales. ¿Es algo cotidiano que el profesor que va de guay, el que no lleva corbata, el enrollado, el diferente, que además está casado y con hijos, se líe con sus alumnas? ¿Es normal que tal profesor se obsesione con la alumna hasta el punto de ir a buscarla esté donde esté? Y continúo: ¿cómo es posible que una chica se líe con este profesor para dar celos a un compañero y así conseguir sus favores? 



Y Koch te enfrenta a un dilema más: ¿el ser humano tiene límite en su perversidad, si se juega conseguir el triunfo? ¿Es capaz un autor de matar, y de tergiversar los hechos para lograr un éxito rotundo? 
En Estimado señor M. se plantea la falta de moral de un autor: hace lo que sea y como sea, con tal de salvar su historia. Es capaz de cambiar la realidad para que su historia sea un fiel reflejo de algo que él ha provocado. Y todo, por el interés comercial, el éxito de ventas, la fama y el reconocimiento social. Da igual si se lleva por delante a dos jóvenes inocentes, pero algo crueles y frívolos.




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