Pobre Tamara: ¡¡¡¡nueve días de ayuno y de deporte!!!!

Pobrecilla. Con lo mona que es, que es un amor, y la tienen nueve días sin comer y venga de hacer deporte. ¡¡Es lo que tiene ser hija de una divina, Tamarita, preciosa!!

Es simpática, abierta, súper sonriente, educada y dicharachera, vamos, un amor de niña, y resulta que porque engorda unos kilitos, la machacan. 

Acompaña a su madre a Marbella. Y en lugar de salir a las fiestas de Olivia Valère y a bailar a Starlite, se va de ayuno. 

Tamara fue una de las invitadas a la cena de nominados de los 40 Music Awards, y allí confirmó lo que ya sabíamos: ha estado nueve días sin probar bocado y haciendo deporte. 

Isabel Preysler, que se desplazó a la clínica Buchinger de Marbella con su Mario, la animó para que se pusiera en forma con ella. Y Tamara, después de una larga semana de reclusión, ha vuelto así: con algún kilo menos y un nuevo flequillo. 

Llevaba un vestido negro por la rodilla, sin mangas y con una sutil transparencia en la parte delantera, unas sandalias de borlas y un bolso maletín dorado. 

Ha perdido algún kilo, pero ni está delgada ni falta que le hace. Que se vista con ojo para sacar partido a sus curvas, se alimente bien, haga deporte y pispás.

Así que Tamarita se ha hospedado en la clínica Buchinger de Marbella, donde siguen la terapia del doctor Otto Buchinger, que se basa en la medicina integral, relajación, ayuno terapéutico y coaching personal (¡¡¡hay quien pasa hasta 40 días de ayuno!!!). 

Su hermana Ana acaba de anunciar que se casa con su novio tenista (¡¡¡me parto!!!: lo anuncian a bombo y platillo, y luego dicen que quieren una boda en la intimidad). Y lo que me temo es que mamá Preysler vuelva a insistir en el ayuno para que Tamara luzca espectacular en la boda de la pequeña. 

Tamarita, tú búscate un modelinchis acorde a tus curvas. Seguro que vas impecable a la inminente boda de tu padre, que es muy pronto. 
Y es que da gloria verte esa piel y esos pómulos... Si la cara es el reflejo del alma y tú eres un sol. Linda, preciosa, ¿qué más darán unos kilitos de más?