Ana Boyer es elegante, discreta, sonriente, monísima y muy estilosa. Para casarse con Fernando Verdasco eligió un modelo de Pronovias que le sentaba como un guante. Eso sí, pelín raro, obra de Hervé Moreau para esta firma.
Con escote corazón y palabra de honor (está tan delgada que parecía que se le iba a caer), de línea sirena (le quedaba perfecto) y una cola de dos metros.
Llevaba unos manguitos de los que se derramaba un velo de tul de más de tres metros, súper original. El vestido bordado en nácar y pedrería de cristal con aplicaciones de guipur era semi transparente; la mar de sexy.
El pelo, semirrecogido con una peineta doble en plata y pedrería en forma de diadema baja, muy juvenil. Las joyas eran de Suárez, de oro blanco y diamantes. En conjunto, muy actual y muy mona, pero sobre todo porque Ana es súper fina, si otra se viste así...
Anda que el novio... Llevaba un tres piezas de Pedro del Hierro de color beige, con camisa blanca y corbata en tono pastel. Ni se lo ocurrió colocarse un chaqué. Qué va.
¡¡Es lo que tiene casarse en el Caribe, en la isla Mustique!! Que hace tanto calor y hay tanta humedad que cualquiera se viste de azul marino o se coloca un chaqué, con lo elegante que habría estado... Además, el pantalón le quedaba pelín suelto, le hacía bolsas y arrugas.
Equipo de Pedro del Hierro, ¡¡¡por favor!!!, para la próxima buscad un tejido que no se arrugue tras una ceremonia en plenas islas Granadinas. ¡¡¡Que ya os vale!!! Mira qué pantalones llevaba el pobre Fer al salir de la iglesia.
¡¡Es lo que tiene casarse en el Caribe, en la isla Mustique!! Que hace tanto calor y hay tanta humedad que cualquiera se viste de azul marino o se coloca un chaqué, con lo elegante que habría estado... Además, el pantalón le quedaba pelín suelto, le hacía bolsas y arrugas.
Equipo de Pedro del Hierro, ¡¡¡por favor!!!, para la próxima buscad un tejido que no se arrugue tras una ceremonia en plenas islas Granadinas. ¡¡¡Que ya os vale!!! Mira qué pantalones llevaba el pobre Fer al salir de la iglesia.
La encargada de organizarlo todo, la wedding planner para entendernos, ha sido Tamara, que estaba ideal con ese vestido diseñado por ella misma y la cabeza llenita de flores.
Para las amigas de Ana que ejercieron de testigos, se impuso un dress code la mar de sencillo: vestidos largos en tonos pastel de Antonio García, con adornos florales en la cabeza de Mimoki, y joyas de Lo'Ne Jewelry, la firma de Eugenia Osborne. Los testigos de Fernando iban igualitos que él pero sin chaleco.
Para las amigas de Ana que ejercieron de testigos, se impuso un dress code la mar de sencillo: vestidos largos en tonos pastel de Antonio García, con adornos florales en la cabeza de Mimoki, y joyas de Lo'Ne Jewelry, la firma de Eugenia Osborne. Los testigos de Fernando iban igualitos que él pero sin chaleco.
Sólo faltaba Enrique Iglesias, porque asistieron Chabeli y familia, así como Julio José (el padrino) y señora. El sacerdote que ofició la ceremonia llegó desde España porque es amigo de los novios.
El que no pudo faltar fue Mario Vargas Llosa (para que luego digan que Ana no se lleva bien con él). El novio de mamá Preysler no se despegó de ella, quien ejerció de maravillosa madre de la novia, como no podía ser de otra manera.
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