Anda que la que han liado... Pero, en fin, ya está: ya tiene doña Sofía su foto con las dos hijas de Felipe VI. Ha sido duro, pero al final la ha conseguido. Y a Letizia le ha costado un disgusto.
Mientras que al rey emérito le sustituían una prótesis de rodilla, su familia mandaba mensajes a todo el planeta de lo bien que se llevan, para hacernos creer que lo de la misa de Pascua fue una anécdota sin importancia.
Así que a doña Leti, después de montar el pollo, no le ha quedado otra que recular y mostrarse cariñosa, educada y detallista con doña Sofía. Vamos, que parece que jamás se le pasaría por la cabeza limpiar la frente de su hija después de que doña Sofía le diera un beso.
Pero ahí no queda la cosa. Al día siguiente volvieron, y esta vez con las niñas.
Monísimas, con sendas gabardinas iguales y pitillos grises, muy sonrientes y con la lección muy bien aprendida. Leonor abre la puerta del coche a su abuela y se deja besar. De la mano de la reina emérita camina junto a ella y su hermana. Eso sí, Rottermeir, digo doña Letizia, vigilante, ahí cerca, para salir en las fotos, que con una van sobradas.
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