lunes, 9 de abril de 2018

‘La sustancia del mal’

Mucha nieve y un frío espantoso, un frío que te mueres. De eso va la novela de Luca D'Andrea. De la crueldad de la naturaleza, de su falta de escrúpulos y de su poder. Y más, en las montañas, donde todo es nieve, hielo y avalanchas. 



Nacido en Bolzano, Luca D'Andrea recrea este universo en su novela. 
Porque Bolzano es otro mundo: una ciudad enclavada en el Tirol del sur, en los Alpes, al norte de Italia. Es la puerta de entrada a la peligrosa cordillera de los Dolomitas, donde se encuentra el cañón del Bletterbach, que según cuentan es una maravilla de la naturaleza, y donde hoy se hacen rutas guiadas de senderismo. Por algo es patrimonio de la Unesco. 
Aquí sitúa Luca a su guionista americano, Salinger, quien con su familia intenta hacerse un sitio en la cerrada sociedad de Bolzano. Sin embargo, un asesinato ocurrido hace 30 años le pone en peligro: llega a obsesionarse tanto que ve amenazada su vida y la de los suyos y se granjeará un sinfín de enemigos. 

A partir del triple asesinato, el autor nos describe la naturaleza en estado puro, sus amenazas y sus peligros, nos cuenta historias de desapariciones y muertes en lo más profundo de la montaña. Conoceremos la vida y costumbres de esta sociedad y, como en toda novela negra que se precie, nos veremos buceando en la psicología humana. 
D'Andrea nos trae amor: amor de pareja, de padre e hijo, de amigos, de hermanos, de vecinos. Nos trae solidaridad, pero también envidia, celos, odio, venganza, miedos... Y problemas tan humanos como la depresión, el acoholismo, la cobardía, los engaños, las mentiras, las obsesiones, los negocios... Detrás de todo, un misterio familiar que se desvelará poco a poco. 
Después de pasar frío, de luchar contra las avalanchas, de ver cómo el hielo puede caerte encima, de sentirte rodeado de nieve, de viento, de bajísimas temperaturas... de comprobar la falta de escrúpulos de las fuerzas del universo, llegas a la conclusión de que aún así el ser humano, a veces, puede ser más cruel y descarnado que la propia naturaleza. 

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