lunes, 11 de junio de 2018

‘La lista’

¿Quién es realmente esa mujer que da a conocer los poderes de la crema de caviar?, ¿qué busca Graziela al ponerse en contacto con las damas de la alta clase tunecina?, ¿le interesa la crema de caviar o la energía nuclear? ¿Sabe Graziela a lo que se está exponiendo? 


Mi amigo Anxo no sólo me surte de poesía, ahora me ha recomendado este libro sobre espionaje y relaciones internacionales: La lista, el primero de Martin Baker. 
Un libro de periodista, y se nota. Con mucho ritmo, pocas reflexiones personales, algunas descripciones de ciudades del norte de África, que conoce bien, y mucha acción. 

Mucha acción, porque es un libro de agentes, observadores, soplones; espías dobles, espías que vienen del mundo editorial y entran en el mundo de la belleza. Las clásicas mata hari que, una vez más, no dudan en ponerse en peligro y sacar partido de sus dotes. 

Y, por supuesto, el nuevo espionaje. Lo mucho que ha cambiado gracias a internet, las redes sociales, los programas informáticos, las imágenes que se descargan en los ordenadores personales y actúan como un espía más... La tecnología al servicio del espionaje: programas de reconocimiento facial, de voz, de huellas...

El espionaje, como siempre, al servicio de las relaciones internacionales, que ponen en jaque no sólo la vida de personas, sus puestos de trabajo, familias, hijos y estudios, sino que además entra en juego la estabilidad y la paz; el orden mundial, al fin y al cabo. 

En la sociedad de Túnez las cremas faciales se convierten en una tapadera maravillosa y cargada de glamour para llegar al fondo la energía nuclear. A través de sus coquetas señoras, la espía llega a elaborar la lista de los científicos, diplomáticos, y de los hombres que mueven los hilos del mundo de la energía nuclear. La lista con la que se lo juega todo. 

La acción se desarrolla en Túnez, Emiratos Árabes, Rusia, Gran Bretaña, Francia, España, Estados Unidos... Y en el centro las Naciones Unidas.  Tras bambalinas, hombres y cada vez más mujeres sin miedo, que observan, escuchan, se esconden, hacen trampas y disparan. 

Quienes se salvan acaban en el punto de partida, donde empezaron. En su zona de confort

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