miércoles, 20 de junio de 2018

Letizia y Melania, ¡¡vaya dos!!

Dicen en la Red que no ha sido un duelo de estilo, sino de retoques estéticos. Eso pasa cuando una no para de mejorarse, y de repente tiene que verse junto a otra mujer que ha sido modelo de lencería y está de retoques hasta arriba. 



Que el rey Felipe y Donald Trump se reúnan parece lo de menos. Lo de más ha sido ver a sus dos esposas juntas. Todo el mundo comparando, juzgando, mirando, comentando... Claro, ¿qué esperaban? 

¿Sabes lo que más me alucina? Que estamos hartas de oír hablar, y de hablar, de feminismo, de igualdad, de sexismo, de machismo, de acoso, de valorar, comparar y juzgar a mujeres y hombres por el mismo rasero.
Y vamos y comparamos a Letizia y Melania por sus looks, sus medidas, sus retoques, sus modelos, melenas, piernas, tacones... y nadie dice ni mu; todas las mujeres venga a tirarles piedras. 

A ver, lo normal, ¿no?: cuando vas a una boda, a una cena, a una reunión miras tu ropa y la del resto de mujeres, comparas tu atuendo, tu bolso, tus zapatos, tu pelo y tu tipo con el del resto. Es humano. Pero, ¿por qué nadie compara a nuestro maravilloso rey con el mamarracho de Donald Trump?, ¿porque son hombres o porque está tan claro que no hay comparación que valga?

El caso es que la Red echaba humo. Que si Letizia se ha gastado en el modelinchis unos 4.000 euros y Melania 8.000 en el vestido más un pico en los zapatos de Manolo Blahnik. Que si Melania es más alta, que si Leti iba de Michael Kors y la eslovaca de Valentino, que si una de fucsia y la otra de verde y blanco. 


Pero con lo que se han cebado ha sido con la metedura de pata de nuestra reina. Cuentan que el michael kors que llevaba, lo lució Melania igual pero en azul hace un año.
Eso sí, Leti se habrá columpiado, pero desde luego la reina lo lleva mucho más elegante, a Melania le quedaba excesivamente ceñido cuando recibió a los presidentes de Panamá. 


Letizia le ha dado su toque personal con un cinturoncito, al que parece que se ha aficionado este viaje. 
También es casualidad, ¿no crees? 


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