lunes, 25 de junio de 2018

‘El sistema Victoria’

Lo que empieza pareciendo la simple historia de un adulterio se complica hasta convertirse en una controvertida relación entre un hombre y una mujer, con una muerte por medio y mucho sexo.


Éric Reinhardt no es un autor sencillo. Escribe de maravilla, y sus historias no son en absoluto simples. Esta y El amor y los bosques están protagonizadas por hombres antipáticos, cobardes, blandos: el antihéroe.
El sistema Victoria, para comenzar, es difícil de catalogar por su género: tiene elementos eróticos, es sumamente crítica, algo romántica, con un pelín de thriller, toca temas de política y de valores humanos. 

Un arquitecto casado y con dos hijas es el jefe de obra del rascacielos que será el más alto del barrio financiero de París. Hombre de izquierdas, que reniega de los militares, así como del capitalismo, presume de ser insobornable, honrado y con valores. Dice que ama a su mujer y que no la abandonaría por nada. 
Sin embargo, se dedica a ligar con mujeres que encuentra en la calle, hasta que se topa con Victoria y esta infidelidad se convierte en algo más que una aventura. Se mete de lleno en una doble vida con una mujer que representa todo de lo que él reniega: de derechas, directora de recursos humanos de una gran multinacional, que despide trabajadores a diario, con un coche de lujo y una casa alucinante. Una mujer poderosa, que le invita a los hoteles más lujosos, a los restaurantes mejores y a los más exquisitos vinos. 
A media que avanza la novela los principios de David se quedan en eso: en principios. Porque por encima de todo es un cobarde, que no lucha ni por su esposa ni por su amante, ni por sus valores y menos aún por sí mismo. 

Con muchos episodios de sexo duro, es algo más que la historia de un adúltero. 
Describe lo mucho que han incidido en la vida de hoy las nuevas comunicaciones y las nuevas tecnologías; lo que es vivir en un mundo globalizado. 
Habla del mundo laboral, del poder, del capitalismo. 
Del esfuerzo, el trabajo duro y de los sobornos; del dilema entre ser honrado o hacer la vista gorda ante errores graves. 
Describe la mentira en todos los aspectos de la vida, la traición, la doble moral, y lo difícil que es mantenerse fiel a uno mismo. 
La novela es una crítica a la doble moral, al adulterio, a la falta de valores. Critica a los cobardes, a los que prefieren el placer a cualquier tipo de fidelidad, no sólo en la pareja, también fidelidad a uno mismo. 
Éric Reinhardt desnuda, y nunca mejor dicho, el alma humana, y pone de relieve las miserias de los hombres y las mujeres.


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