Melanie, muchas gracias. ¡Muchísimas! Te agradezco infinito lo que nos has enseñado al resto de mujeres normales. Se puede no tener el vientre plano; no pasa absolutamente nada, porque aún así es posible ser espectacular.
El viaje de Donald Trump a Reino Unido ha sido toda una revelación, y no porque el presidente de los Estados Unidos haya demostrado algún dato de su carácter que nos resultara desconocido, aparte de saltarse el protocolo una vez más.
¡¡Le dio una palmadita en la espalda a la reina Isabel!!, como si fuera una vieja conocida con la que toma unas cervezas en la barra de un bar, en lugar de asistir a una cena de gala en Buckingham Palace con la reina Isabel II.
La revelación es que su señora, que es imponente, ha utilizado este viaje para lucirse guapa, rotunda, hermosa y con un cuerpazo. La vimos segura y orgullosa de sus curvas, lo que la hace aún más espectacular. Y más junto a su marido, que no es que sea un adonis.
Se ha mostrado tan contenta de sí misma, que no ha dudado en lucir modelos sumamente ceñidos, con la cintura ajustada, marcando caderas y tripa.
A sus 49 años sigue siendo toda una mujerona. Con sus exóticas facciones de eslovaca y sus contundentes curvas de modelo que muestra orgullosa. Está claro, además, que no le molestan ni intenta esconderlas con vestidos más holgados o tras duras horas de fitness.
Enhorabuena, Melanie. Tú sí que vales tu peso en oro.
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