Uno de los miembros del nuevo gobierno talibán acaba de declarar que las mujeres no tienen que hacer deporte, y lo peor es que no se le ha caído la cara de vergüenza.
El subjefe de la comisión cultural de los talibanes, Ahmadullah Wasiq, ha declarado que las mujeres ni pueden ni deben jugar al cricket porque tendrían que enfrentarse a situaciones en las que no se cubrirían la cara y el cuerpo, algo que no permite el islam. Sin embargo, asegura que no pasa nada porque no es necesario que las mujeres hagan deporte, ni tampoco que vayan a ver el partido: luego podrán verlo en sus casas.
No hay que ser un premio Nobel para saber que el deporte se recomienda a todos, sea cual sea su sexo, religión y edad.
Que esas declaraciones partan de uno de los miembros del nuevo gobierno de Afganistán ha provocado una gran preocupación en Estados Unidos, Alemania, China y Japón, entre otros países.
Sorprende que nuestro gobierno no se haya posicionado ni pronunciado sobre estos hechos. Se echa de menos a nuestra ministra rasgándose las vestiduras para defender los derechos y libertades de las afganas. Ella, que tanto se escandalizó cuando lo de Rociíto. O ¿será que Afganistán le pilla lejos y no le da votos?
Cientos de valientes mujeres han salido a la calle para manifestarse contra la opresión a la que están sometidas, para protestar contra ese nuevo gobierno. Desde las provincias de Parwan, Takhar, Badakhshan y Ghazni reclaman sus derechos, sin pensar en los castigos y las represalias que pueden tomar contra ellas. Porque quieren hacer deporte, conducir, estudiar, trabajar... Vivir.
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