Estos premios nos encantan, y no solo por ver a los galardonados y escuchar el discurso de la Princesa, sino además porque tenemos la ocasión de asistir al desfile de estilismos de la Reina y sus hijas durante varios actos, que van desde lo más a lo menos formal.
Y después de observar con lupa a la Familia Real, llegamos a varias conclusiones:
Que el Rey está siempre estupendo.
Que la Princesa y la Infanta ganan mucho con el pelo recogido; si las melenas que tienen tan excesivamente largas –como todas las chicas de su edad–, se las retiran de la cara y se las recogen en coleta, moño o trenza están mucho más favorecidas.
Debido a una gastroenteritis, tuvieron que ausentarse en la última jornada, la del Premio al Pueblo Ejemplar por la fundación Princesa de Asturias, que este año recayó en Cadavedo. Sofía no pudo asistir y Leonor se vio obligada a abandonar y fue la Reina quien tuvo que pronunciar el discurso de su hija.
Sobre la Reina y sus vestimentas, como siempre, hay mucho que decir.
Para el XXX Concierto de los Premios Princesa de Asturias, eligió un vestido de Teresa Helbig de terciopelo negro con la parte superior joya y escote halter que mostraba unos brazos mucho más que tonificados que nunca y una espalda que no ha dejado a nadie indiferente.
Hay quien dice que la Reina practica escalada y alpinismo y lleva una dieta estrictísima. Que estas vestimentas son más propias de una celebrity, modelo o actriz que de una reina en un acto protocolario. Que parece estar excesivamente obsesionada con su apariencia y que eso, tal vez, repercuta en sus hijas en un futuro no muy lejano. Que cada día tiene un rostro más diferente a sí misma y que está excesivamente musculosa.
Para la Audiencia de los Galardonados eligió un vestido blanco de Cherubina, ideal. Este, en cambio, era de manga larga, escote alto cerrado y falda midi. Y para la noche de los premios, una creación de Carolina Herrera en blanco y negro con la parte superior bordada en 3D, que ya lució Sassa de Osma.
Lo que más ha llamado la atención, aparte de sus excesivos músculos, es que le reina se ha bajado de sus 15 centímetros habituales de tacón debido al neuroma de Morton que sufre y que dicen es dolorosísimo.
Para la última jornada, la del pueblo ejemplar, se puso un desenfadado jersey de rayas marineras, vaqueros oscuros y botines. Cuando la temperatura bajó se abrigó con una capa blanca y negra.
De todos los estilos y para todos los gustos.
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